La comisaría de la localidad santafesina de San Gregorio fue escenario del robo de dos ametralladoras. El hurto tuvo lugar el domingo por la madrugada, mientras el escaso personal de la seccional se encontraba haciendo horas extra en un boliche. Pese a que en las últimas horas hubo allanamientos a partir de ciertas pistas, las armas siguen sin aparecer.
Las dos FMK3 –subfusil de fabricación nacional– estaban en la Comisaría 15ª, ubicada en Rivadavia al 1050 de San Gregorio, pueblo de 5.500 habitantes ubicado en el departamento General López, distante una hora de Venado Tuerto y 220 kilómetros de Rosario.
Según pudo averiguar Rosario3 a partir de voceros policiales, en las primeras horas del domingo los efectivos tomaron conocimiento de que desconocidos habían violentado el candado del armero, apoderándose de las dos armas de alto poder de fuego y de 25 municiones calibre 9 milímetros. En ese momento, los dos uniformados de turno se encontraban trabajando en un bar bailable y no había personal de guardia en la seccional sangregoriense.
El hurto puso al descubierto las nulas condiciones de seguridad de la dependencia, que hace años posee barrotes rotos en las ventanas y puertas traseras que no cierran, indicaron voceros policiales.
En ese marco, trascendió que la policía local tiene en la mira a un hombre –conocido en San Gregorio por sus anotaciones penales por amenazas– que en la madrugada del domingo fue echado por el propio personal policial de un boliche, donde había provocado disturbios.
“Voy a prender fuego la comisaría”, aseguran que dijo al ser expulsado de la discoteca. Un anuncio que, a la luz de los hechos posteriores, abonó sospechas.
Lo cierto es que la vivienda de esta persona y otro domicilio perteneciente a familiares fueron allanados en las últimas horas, aunque sin resultados positivos.
Aunque la PDI secuestró armas –escopetas y carabinas de caza– y algunas plantas de marihuana, las FMK3 siguen sin aparecer. La causa está en manos de la Fiscalía de Rufino.