El presunto jefe narco Leonardo Dalmacio Saravia, alias “Leo Rey”, que fue detenido el viernes pasado en un departamento de alquiler temporario en el barrio porteño de Balvanera junto a miembros de su banda, es indagado desde la mañana de este lunes en los Tribunales federales por el juez Carlos Vera Barros, el titular del Juzgado N° 3 de Rosario. Se trata de un hombre que, según la investigación de la Fiscalía Federal 3 y la Procunar, construyó en los últimos años relaciones de negocios ilícitos con Los Monos para poder operar el tráfico y venta de cocaína en la zona sudoeste y oeste de la ciudad.
Saravia, de 30 años, cayó durante un hermético operativo de la División Antidrogas de la Policía Federal de Rosario –que fue apodado “Jaque Mate” en referencia al alias de “Leo Rey”– junto a otros 24 sospechosos y 25 kilos de cocaína. Al momento del arresto, le secuestraron el DNI y un carné de conducir que utilizó en los últimos dos meses para mantenerse oculto en la Ciudad de Buenos Aires: se trata de documentos que llevaban la foto carnet de su rostro, pero todos los datos eran de un tal H. S. Z., cuyo domicilio figura en la vecina localidad de Roldán.
Tras tareas investigativas se pudo establecer que el DNI no era falso, por lo que se intenta determinar quién es H. Z., qué vinculación podría tener con el presunto capo narco y si hubo algún empleado estatal infiel que haya participado en las maniobras.
Antes del operativo “Jaque Mate”, Saravia ya tenía pedido de captura tanto de la Justicia federal como de la Justicia provincial. El primero se emitió hace aproximadamente dos años, después de que “Leo Rey” se fugara de su casa, donde cumplía un arresto domiciliario otorgado por la Cámara Federal de Casación en una causa por narcotráfico de marzo 2021 –que posteriormente fue revocado–, fecha en la que cayó detenido durante procedimientos de la delegación Inteligencia Criminal Zona bajo Paraná de Prefectura Naval Argentina.
La otra orden de captura es por una solicitud hecha por los fiscales provinciales Valeria Haurigot y Franco Carbone de la unidad de Balaceras, quienes desde abril del año pasado tienen indicios de que además es presunto miembro de la organización que lidera Máximo Ariel “El Viejo” Cantero, fundador histórico de Los Monos.
La vinculación entre Saravia y Los Monos parece sostenida en el tiempo, para los investigadores policiales. En sintonía con esa presunción, en los allanamientos del pasado fin de semana también se requisaron las celdas de Alexis “Tartita” Cantero –hijo del “Viejo” Cantero–, de su novia Sheila Mailén Suárez y de Franco “Milanesa” Almaraz, un sicario de la organización condenado a 17 años de prisión.
Según el trabajo realizado por la fiscal Adriana Saccone –y los auxiliares fiscales Martín Gambacorta y Santiago Alberdi–, “Leo Rey” es el presunto líder de una banda narco que trae cocaína a Rosario desde Buenos Aires. Parte de la droga se cree que la estiraba en el laboratorio hallado el sábado pasado en Malvinas Argentinas al 100 (en Pérez), donde se secuestró una gran cantidad de precursores químicos.
En las tareas de inteligencia se determinó que Saravia opera la venta de cocaína principalmente en Vía Honda, Villa Banana y los barrios Moderno y Urquiza. Para comercializar en esas zonas habría hecho pagos mensuales a “Tartita” y a su padre, “El Viejo”. También se sospecha que en algunas ocasiones habría sido proveedor de distintas células de que trabajan para el clan Cantero.
Otro de los motivos por los que “Leo Rey” figuró en las crónicas policiales fue el crimen de Iván Maximiliano Giménez, quien fue socio suyo en la provisión de droga para la zona oeste de Rosario.
Giménez fue asesinado junto a su pareja Érica Romero y su beba Elena a la salida de la boda narco llevada a cabo en la localidad de Ibarlucea en enero del año pasado.
Giménez, casualmente apodado “Maxi Rey”, de acuerdo a la investigación federal era el intermediario de cargamentos de cocaína que entregaba a Saravia.