El preso que esta semana pidió obtener el beneficio de prisión domiciliaria o salidas laborales por haber desarrollado, aparentemente, una aplicación para la compañía Meta, tiene un violento historial. Se trata de Ángel Emiliano Ochoa, de 28 años, que actualmente está alojado en el pabellón 20 de la cárcel de Piñero, donde purga una condena a 13 años de prisión por integrar una banda que se dedicó a cometer entraderas en Rosario. No obstante, entre enero de 2023 y febrero de este año sumó dos imputaciones por participar –a través de su celular– de delitos desde prisión.
La solicitud de la defensa de Ochoa para que el recluso reciba arresto domiciliario o salidas con fines específicamente orientados al desarrollo de la aplicación todavía no tiene fecha de audiencia.
En la presentación hecha por los defensores particulares Alejandro Impallari y Damián Vicente se funda en que el interno avanzó con la app a través de un teléfono que se le secuestró en una requisa hace dos años.
“Hace dos años no tiene teléfono”, aseguró Impallari este jueves en el programa Radiópolis (Radio 2).
Coincidente con la declaración del abogado, en la presentación formulada ante la Justicia provincial, los letrados adjuntaron un correo electrónico que habría sido el que envió la firma Meta al recluso, tras su propuesta de desarrollo de la app el 9 de mayo de 2022. Justamente hace dos años.
En ese correo, que los abogados adjudican a Meta, la empresa de Mark Zuckerberg le anticipa a Ochoa un desembolso de 300 mil dólares para que termine de desarrollar la herramienta y pueda presentarla con fecha límite del 7 de diciembre próximo. En el texto se agrega un segundo depósito de 300 mil dólares cuando la app esté lista para ser descargada y usada en distintas plataformas.
Según la información que pudo recolectar Rosario3, Ochoa fue detenido en marzo de 2017 en un operativo de la Policía de Investigaciones (PDI) contra una violenta organización que cometía entraderas. En aquel momento tenía 20 años.
El arresto de Ochoa estuvo motivado por una causa que se inició por un asalto perpetrado el 18 de enero de 2017 en un complejo de canchas de fútbol 5 de Eva Perón al 8900, donde ladrones se llevaron plata, celulares y un Peugeot 208.
Siguiendo la pista del 208 robado, los agentes detectaron que los mismos delincuentes habían cometido una entradera en una agencia de autos situada en Uriburu y Sarmiento, en la zona sur, donde redujeron al dueño y se llevaron un Fiesta, un Chery y un utilitario Partner.
No obstante, Ochoa y sus compañeros de robo también perpetraron otra entradera. Fue el 6 de marzo de 2017 en una casa de Pasaje Néstor Fernández al 1000 bis. En ese episodio, atacaron a una persona que guardaba su auto en el garaje y la obligaron a entrar a su domicilio. Allí, los sospechosos maniataron a todos los presentes y se llevaron dinero y un Fiesta.
Al momento de los allanamientos en los que se desbarató a la banda, la PDI incautó una escopeta doble caño, un pistolón, una pistola calibre 22 y un revólver del mismo calibre.
Después de haber sido imputado por esos asaltos, Ochoa volvió a la calle –no están claros los motivos– y a las andadas. En 2018 le sumaron otra acusación por una entradera realizada el 12 de junio de ese año en Pasaje Sívori al 5500, donde el delincuente le dio culatazos –con una pistola calibre .40– en la cabeza al dueño de una casa, de donde sustrajo pertenencias y dinero en efectivo. Al huir del lugar por los techos de las propiedades vecinas, el ladrón le apuntó a la Policía que había acudido al domicilio y recibió como respuesta un tiro en una pierna, que lo dejó inmovilizado y facilitó su detención.
Luego de haber sido juzgado y condenado por los robos, el recluso sumó dos imputaciones más. Una tuvo lugar en enero del año pasado, cuando el fiscal Matías Edery le atribuyó haber gestionado la compra de un Fiat Palio rojo que inmediatamente después fue utilizado para asesinar por encargo al dirigente del gremio Uatre Mauricio Cordara, homicidio perpetrado el 18 de noviembre de 2022 en Colón, Buenos Aires.
De acuerdo a la teoría del fiscal Edery, el 17 de noviembre de 2022 Ochoa dio el Palio por la suma de 650 mil pesos y al día siguiente ese vehículo fue usado como medio de transporte por los sicarios.
Lo curioso es que la participación de Ochoa en ese pasamanos del vehículo se detectó después de que el área de Inteligencia de la PDI le incautara un celular a Ochoa el 4 de diciembre de 2022 en el pabellón 20. Por tanto, había vuelto a tener teléfono.
Pero no todo terminó ahí. El recluso de Piñero volvió a ser imputado en febrero de este año. Fue cuando la fiscal Viviana O’Connell le atribuyó formar parte de una organización que se dedica a traer autos robados desde provincia de Buenos Aires para posteriormente adulterar sus guarismos y venderlos con documentación apócrifa a través de Marketplace, la plataforma de Facebook, que casualmente, pertenece a la compañía Meta.
Para O’Connell, uno de los autos robados y puestos en la calle nuevamente por la organización de Ochoa se usó para matar al inspector César Carmona, quien fue ejecutado a tiros frente a la sede de la Policía de Investigaciones, homicidio que ocurrió el 14 de septiembre del año pasado.