Las dos enfermeras que el pasado lunes fueron imputadas por maltrato a bebés en el área de neonatología del Sanatorio de Niños quedaron en prisión preventiva efectiva por el plazo de 60 días. Se trata de Analía Bouhier (59 años) y Yanina Bessolo (53), quienes de acuerdo a la acusación de la fiscal Viviana O’Connell, también suministraron medicación a los recién nacidos para hacerlos dormir de noche.
La audiencia, que había comenzado el pasado lunes, se reanudó este miércoles luego de un cuarto intermedio que la jueza Paula Álvarez había dispuesto por pedido de la defensa de las enfermeras.
Según los datos brindados por la fiscal en una entrevista con Telenoche Rosario (El Tres), la causa se inició ante una denuncia de compañeras de trabajo de la institución que data de mayo de 2022.
La funcionaria judicial dijo que, de acuerdo a los testimonios de denunciantes, las ex enfermeras del Sanatorio de Niños suministraban medicación a los bebés “para tranquilizarlos, para que no molesten, una porque tenía que mirar Netflix y la otra para dormir porque tenía otro turno corrido” después de las 6 de la mañana.
O’Connell sostuvo que Bouhier y Bessolo tenían muchos años de experiencia y hacían el turno nocturno de 0 a 6.
“Compartían el turno noche donde no había padres y era menor el personal dando vueltas. Eran muy allegadas entre sí”, dijo la fiscal y añadió que de acuerdo a testimonios de la causa una de ellas cambió su carácter en los últimos años deviniendo en una persona “más agresiva” con los pacientes y sus familiares.
“Las denunciantes y varios testigos mencionan que había maltratos. Eso dicen todos los testimonios”, aseguró la fiscal y añadió que desde el momento en que llegó la denuncia se aceleraron las medidas de prueba por lo delicado de la situación.
“Tratamos de corroborar las denuncias con testimonios de personas ajenas a la institución, que no estaba en conocimiento de que eso estaba sucediendo”, dijo y agregó que además realizaron análisis de sangre u orina a los bebés afectados y se encontraban sustancias que no habían sido prescritas por los médicos o que no se correspondían con las cantidades recetadas.
Finalmente, O’Connell dijo que con tres casos documentados se pudo avanzar en la acusación y se escogió la figura del abandono de persona y ejercicio ilegal de la medicina por los medicamentos suministrados.
Los tres casos
El Ministerio Público de la Acusación atribuyó en uno de los casos haber puesto en peligro la vida de un bebé "suministrándole benzodiacepinas, droga que no tenía indicada por profesional médico, a fin de lograr su sedación y así evitar que demande atención, lo que podría haber provocado diversos efectos adversos, incluso el fallecimiento".
En otro de los casos, se constató que suministraron a un bebé una dosis mayor a la indicada por profesional médico de benzodiacepinas y barbitúricos a fin de lograr su sedación, lo que podría haber provocado diversos efectos.
El tercer caso mencionado en la investigación, también ocurrió en el área de neonatología del Sanatorio de Niños, donde una de las imputadas fue vista zamarrear a una recién nacida "lo que provocó que su cabeza efectuara un latigazo hacia atrás, colocando a la menor de este modo en una situación de desamparo, puesto que era quien tenía a su cargo su atención en ese turno".