Un hombre condenado por mandar a matar a dos jóvenes prostitutas y que fue penado a estar en la cárcel hasta diciembre de 2029 pudo volver a su casa de Mar del Plata, en el marco de los beneficios de prisión domiciliaria otorgados a presos por el peligro de que se contagien de coronavirus.
Héctor Barroso tiene 62 años y es hipertenso. Eso lo convierte en población de riesgo ante la pandemia de covid-19. Su "buena conducta" como recluso fue el último factor que habilitó su regreso a casa, con su esposa.
Su esposa, justamente, fue la persona que firmó el acuerdo para asumir el rol de tutora y que Barroso pudiera dejar el penal de Batán, donde pasó los últimos 15 años.
La Justicia lo había condenado primero a 30 años de prisión y más tarde redujo la pena a 25. Lo imputaron por mandar a matar a dos jóvenes prostitutas.