Tras la muerte de Belén San Román, la joven policía de 26 años que se disparó en la cabeza tras la difusión de fotos y videos de su intimidad, especialistas en derecho informático consideraron que el hecho debería juzgarse como un "femicidio", lo que complica la situación de Tobías Villaroel, ex pareja de la uniformada.
"La violencia virtual le hizo ponerse una pistola en la cabeza”, consideró la abogada en derecho informático Marina Benítez Demtschenko en diálogo con la agencia Télam y añadió que se trata de "femicidio porque hay muchísimas formas de lograr la fulminación de una mujer”.
“La violencia virtual tiene el mismo fin: anular a la mujer para ejercer control", incluso en casos en los que se puede llegar al "suicidio inducido", explicó la abogada que preside la Fundación Activismo Feminista Digital, entidad que elaboró un informe sobre delitos vinculados a la pornovenganza, detectando que en el 60% de los casos son ex parejas las que difunden el material, siendo mujeres las víctimas en el 90% de los casos.
Con estos datos es posible afirmar que "está detrás la violencia de género; no hay dudas”, sostuvo Benítez Demtschenko, que también cuestionó el sumario administrativo que le inició Asuntos Internos a la víctima, lo que evidencia una “falta de perspectiva sobre esta problemática".
La especialista advirtió que la presión ejercida desde la fuerza policial apuntando contra la víctima en lugar bríndado herramientas de contención "colaboró con el suicidio, si no fue determinante”.
Las declaraciones del padre
Marcelo San Román, padre de la policía de 26 años que se quitó la vida luego de que su ex pareja viralizara un video íntimo, pidió "a los que tengan que hacer algo, escuchen y se dignen a hacerlo" y pidió que la muerte de su hija ayude a "tomar conciencia" a la sociedad.
"Espero que el día de mañana, cuando a alguien le quieran mostrar este tipo de cosas, lo piense y se acuerde de lo que pasó con Belén, que le diga a esa persona borralo, no lo reenvíes, acordate de lo que pasó con esa chica de Bragado", dijo el padre en declaraciones a la prensa.
Belén San Román murió en el hospital municipal de Bragado, cinco días después haberse disparado en la cabeza con su arma reglamentaria luego de la viralización de una serie de fotografías intimas y un video y, según sus familiares, el responsable de la difusión de esas imágenes íntimas fue su expareja, Tobías Villarruel.
Graciela Álvarez, madre de la joven, denunció a través de su cuenta de Facebook que Villarruel, oriundo de la ciudad de Chivilcoy fue "el que viralizó fotos y videos" de su hija "hostigándola y amenazándola", y que esta situación provocó "que ella termine con su vida".
"Tan culpable esta lacra, como todos aquellos que viralizaron. El ser humano es la peor de las especies en este mundo enfermo. Ojalá sus sucias conciencias no los dejen vivir en paz", continuó el posteo de la madre.
La joven, que desde hace algunas semanas desempeñaba tareas en el Comando de Patrullas Rural, "no soportó la presión, la exposición y la vergüenza", precisó el padre en declaraciones a la prensa. Y agregó: "No lo supo manejar y no se abrió a pedir ayuda".
"No juzgo a nadie, no soy quién para hacerlo, pero espero que estas cosas nos ayuden a todos a pensar y a entender que el que ve un video así, o lo manda, también es responsable", apuntó.
"Mi hija recibía burlas, hostigamiento, había gente que le mandaba mensajes privados diciéndole barbaridades", agregó San Román.
Tras la difusión del material, además, a la joven policía se le abrió un sumario administrativo de Asuntos Internos de la Policía.