Un penalista sanjuanino y sus socios extranjeros están acusados de haber engañado con falsas ofertas laborales al menos a 21 mujeres en situación de vulnerabilidad, para luego explotarlas sexualmente en estudios webcam a través de una firma llamada “Belle Argentina” que funcionaba como “estudio de modelaje” y endulzaba su propuesta mediante frases de autoayuda y una supuesta invitación a la independencia económica.
Esta semana el juez federal de San Juan Leopoldo Rago Gallo los procesó con prisión preventiva a tres hombres por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual y ordenó trabar un embargo sobre sus bienes hasta alcanzar la suma de 10 millones de pesos para dos de los imputados en grado de coautores y de 3 millones de pesos para el tercero, considerado partícipe necesario.
Los dos principales imputados fueron identificados como dueños de la empresa y de diferentes domicilios ubicados en la capital de San Juan donde habrían entrevistado, acogido y explotado sexualmente a las víctimas.
Uno de ellos es un reconocido abogado llamado Gustavo De La Fuente, de alta exposición en el fuero penal sanjuanino, hoy en prisión preventiva en el penal de Chimbas. El otro, el colombiano Jhon Sebastián Quevedo Medina. La prensa local detalló que también se los investiga por presunto lavado de dinero.
El tercer imputado es el Wuillder Gehys Nazareth Rodríguez Martínez, quien está acusado de oficiar de “monitor” de las víctimas durante los streamings porno.
En su resolución, el juez indicó que el capital producido por las víctimas supera los 141 millones de pesos netos de ganancias generados en un plazo de dos años, aproximadamente, lo que equivale a un promedio de 6 millones de pesos de ingresos mensuales.
Debido a la complejidad y la sofisticación de los medios empleados para la explotación de las mujeres en el caso, la fiscalía requirió autorización judicial para el uso de la técnica del agente revelador que consiste en que un miembro de fuerzas de seguridad simule un interés y/o ejecute o participe de una actividad del grupo criminal investigado "con la finalidad de identificar personas implicadas en un delito, detenerlas, incautar bienes, liberar a las víctimas o de recolectar material probatorio que sirva para el esclarecimiento de los hechos ilícitos", señaló el portal Fiscales.
Los allanamientos de personal de Gendarmería se llevaron a cabo el 3 de julio pasado en cinco domicilios particulares, donde se secuestraron monitores, webcams, celulares, preservativos, cocaína, pendrives, entre otros documentos de interés para la causa.
Los investigadores indicaron que la captación se llevó a cabo a través de ofertas laborales engañosas publicadas en redes sociales, en las cuales se mencionaba la búsqueda de “talentos” para todas aquellas mujeres que quisieran dar “un giro en su vida”.
Todo adornado con frases típicas de autoayuda: “Sé dueña de tu tiempo y disfruta la vida”. "Cree en ti misma, y trabaja arduamente para hacer realidad tus sueños sin dejar que nadie te defina." O “Nosotros te acompañamos en el proceso de crecimiento con capacitaciones permanentes para que alcances el éxito”.
Las mujeres que se postulaban eran entrevistadas por los principales imputados y en ese momento tomaban conocimiento que el ofrecimiento estaba vinculado a realizar streamings XXX para usuarios de diferentes países del mundo a cambio de quedarse con la mitad del dinero producido –en dólares– en esas transmisiones.
Las víctimas recibían un “kit de iniciación” que constaba de diferentes tipos de objetos sexuales, como vibradores, lubricantes y dildos de diferentes tamaños.
El juez resaltó que la vulnerabilidad de las víctimas “compartían un contexto socioeconómico complejo” y un “situación de vulnerabilidad psicosocial, emocional y económica marcada por las escasas o nulas redes de contención, falta de oportunidades laborales y de recursos económicos que les facilitara un ingreso estable y les permitiera progresar en la vida de una forma integral”.
El pago se realizaba por semana o quincena, dependiendo de la elección de la víctima; los dos principales imputados usaban una serie de excusas para incumplir con la promesa de pago del 50 por ciento y les entregaban el 20.
El juez tuvo en cuenta un testimonio de que refirió que “a pesar de que las páginas facturaban en moneda extranjera -dólares o euros-, a las mujeres les pagaban en pesos" y que "según el relato de una de ellas, los jefes tomaban el tipo cambio de los días viernes para hacer la conversión, pero era una situación que prestaba a confusiones y diferencias en la liquidación", por lo que "podría pensarse así en la posibilidad de un acomodo del cambio en beneficio de los jefes y en detrimento de las mujeres”.
Las plataformas para la interacción tenían como común denominador la exigencia de un tiempo mínimo de ocho minutos, por los que se abonaban unos 200 tokens, lo cual equivalía a la misma cantidad en dólares.
“La explotación sexual tuvo lugar a través del empleo de un sistema de amenazas, manipulaciones y descuentos, pues los imputados exigían un “estándar” de ganancias a cambio de continuar en la tarea e imponían descuentos por los «kit de iniciación» y también por supuestos consumos y gastos realizados en el comercio de uno de los imputados. También se hallaron registros de descuentos por horas incumplidas, multas y faltas contabilizadas, por encontrarse con su período, o por licencia médica, cansancio y llegadas tarde”.