Fue un fin de semana violento, tenso. Esta vez no hubo cuatro asesinatos, como en la ola de marzo que llevó a que Nación nutriera de efectivos y junto con provincia intensificaran el plan de seguridad para Rosario. Pero el intendente Pablo Javkin cree que la ola de estos sábado y domingo tiene el mismo origen –las condiciones restrictivas de detención de los máximos jefes narco de la zona–, la misma intención –desestabilizar a la ciudad– y probablemente el mismo modus operandi –la participación, como ejecutores, de menores de edad no punible–.
El sábado a la madrugada quemaron 13 autos que estaban estacionados en la vía pública, en distintos puntos de la ciudad. Más tarde, atacaron dos colectivos. El domingo balearon un auto pintado como taxi –cuya licencia venció hace una semana– y que llevaba a tres pasajeros, mientras circulaba por Corrientes e Ituzaingó.
Entrevistado en el programa Radiópolis, de Radio 2, Javkin asoció estos hechos a los de marzo, a partir de que en ambos casos el motivo, desde su punto de vista, fue dar una respuesta a la decisión de “revertir situaciones carcelarias e impedir que los detenidos ordenen delitos desde presión”.
“Esto no ha terminado y hay una decisión clara, por parte del Estado, de no retroceder. Sabemos que no se van a quedar quietos. Los hechos que hemos visto y que junto al gobernador (Maximiliano Pullaro) nos han tenido en máxima tensión tienen que ver con esto”, señaló.
El intendente dijo que hay que estar alertas, pues hay información de Inteligencia que habla de la posibilidad de que situaciones como esta se vuelvan a repetir.
“No queremos que se repita lo de marzo. Tienen los recursos y la maldad para planificar hechos así, pero lo vamos a enfrentar”, advirtió y resaltó: “Lo que no vamos a cambiar es la firmeza en la decisión”.
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