La causa sobre una presunta banda narco que se dedica a la venta de droga en el cordón industrial, que fue noticia en mayo de 2022 porque uno de sus supuestos integrantes le pidió por teléfono a su madre que lo interne –por su problema de consumo– para “no matar a más gente”, fue elevada a juicio en la Justicia federal de Rosario. Eber Alejandro Ramos, uno de los vendedores de la organización que estaba prófugo, fue una de las víctimas del triple crimen cometido con una maza en enero de este año en Capitán Bermúdez.
Matías Andrés Bruzzoni, Marco Leonel Gutiérrez, Nicolás Martín Caffeína, Elisabet Andrea Mc Cormick, Miguel Ángel Caffeína, Brenda Micaela Ramos, Silvina Analía Veras, Ramón Ubaldo Segovia, Joaquín Manuel Vizgarra, Luciana María Silva, Andrés Roberto Oviedo, Ignacio Joaquín Perea, Aylén Anabela Villareal y Nahuel Cruz Villoria, son los acusados que afrontarán el juicio ante el Tribunal Oral Criminal Federal Nº 1 de la ciudad.
La presunta organización fue investigada por los fiscales federales de Rosario Matías Scilabra y Franco Benetti, quienes lograron establecer que la estructura vendía al menudeo en San Lorenzo, Ricardone, Rosario, Capitán Bermúdez, Granadero Baigorria, Puerto Gaboto, Fray Luis Beltrán y la Ciudad de Buenos Aires.
Los sindicados proveedores de la droga fueron, de acuerdo a la investigación, Matías Bruzzone y Marco Leonel Gutiérrez, de 29 y 32 años, respectivamente. El primero de los mencionados es de Baigorria y cayó en Buenos Aires, donde ostentaba un nivel de vida de dudosa procedencia, y el segundo de Capitán Bermúdez, donde tenía como actividad la compraventa de vehículos.
Eber Ramos, uno de los cabecillas de la estructura delictiva, logró estar prófugo desde mediados de 2022. A mediados de enero pasado, fue una de las víctimas del triple homicidio de Capitán Bermúdez, cometido con una maza, según la causa que lleva adelante la fiscal Luisina Paponi. Se cree que Ramos y las otras dos víctimas –dos jugadores de fútbol barriales– fueron a un domicilio a hacer una operación informal de compraventa de divisas que salió mal y terminó en una masacre.
Se presume que la presunta banda había tomado la posta del negocio en la modalidad narcodelivery, tras la caída de Ramón Alberto “Willy” Velázquez, a mediados de 2021.
Una escucha escalofriante
En una de las intervenciones telefónicas –fechada en octubre de 2021– que constan en la investigación, Nicolás Caffeína le comenta a su madre Andrea Elisabet Mc Cormick que está “desesperado” por la falta de dinero y le dice que quería ser internado debido al consumo problemático de estupefacientes.
“Por favor, ayudame. Hoy estoy tranquilo. Mañana me agarra la desesperación y no quiero matar a más gente. Me chupa la verga (sic) si tengo el teléfono pinchado. No me interesa más nada. No puede ser. El viernes fui a matar a uno por 30 mil pesos, mami”, le dijo.
En la fecha en la que se dio la charla aún no estaba establecido qué homicidio fue cometido en la región para poder determinar si lo cometió el confeso delincuente.
“Estoy tirado. No quiero matar a más gente, mami. Me pudrí de matar gente. No quiero saber más nada con boletear gente, nada por dos con cincuenta. Intername, ahí estoy tranquilo. Por treinta lucas, mami, boleteé a una persona que no sabía ni quién era”, le indica.
Lo curioso es que la madre del sospechoso intenta calmarlo y le propone instalar un comercio como pantalla para vender estupefacientes. “Hacemos una pescadería de pantalla, boludo (sic). Vamos a embolsarla nosotros. Con vos pila hacemos cualquier cosa los dos, negro”, le comenta su mamá, Andrea Mc Cormick.
Por el expediente, también está detenido Miguel Caffeína, padre de Nicolás y pareja de Mc Cormick.
Lo curioso es que después del citado diálogo telefónico, los investigadores detectaron que el presunto sicario cambió su vida en cuestión de meses. Según las tareas de campo, el joven pasó en octubre de 2021 de no tener dinero a comprar un Volkswagen Bora full en marzo de 2022.
El presunto gatillero, en otra charla telefónica que está en la causa, le contó a su novia que actualmente le debían cuatro millones de pesos. Se cree, que por la venta de estupefacientes.