No fue imputado en la audiencia de este martes, pero tanto los investigadores como las autoridades provinciales y municipales están convencidas de que Esteban Lindor Alvarado fue quien apretó desde la cárcel federal de Ezeiza el botón rojo para que se desatara el plan criminal que conmocionó a Rosario en marzo con el aseisnato de cuatro trabajadores.
El ministro de Seguridad de la provincia, Pablo Coccocioni, confirmó que frente a eso se le pidió a la Nación que extreme las restricciones para impedir que se comunique con el exterior del penal en el que está alojado, incluidas las visitas íntimas. Esa medida la tomó Santa Fe con Chuky Monedita, quien según se reveló en la audiencia aprovechó este tipo de visitas que le hacía su pareja, Brenda Pared (que gozaba del beneficio de la prisión domiciliaria), para transmitir la orden y orquestar el plan ordenado por Alvarado.
En su diálogo con el programa Radiópolis, de Radio 2, el ministro Coccocioni dijo que “hay dos personas a las que no se formalizó imputativa pero aparecieron nombradas en distintos relatos de los fiscales, Morocho Mansilla y Esteban Alvarado, actualmente alojados en Servicio Penitenciario Federal (Ezeiza). Uno de los testimonios habla de una videollamada en la que una de estas personas habría dado la orden del asesinato de Bruno”. Esa comunicación, que la habría tenido Mansilla en nombre de Alvarado, fue con Brenda Pared y Gustavo Márquez, que fue el encargado de reclutar a los sicarios.
Las buenas migas de Alvarado con Mansilla son conocidas. Según una hipótesis, Alvarado tenía como invitado de honor al Morocho en su trunco plan de fuga en helicóptero de la cárcel de Ezeiza, hace poco más de un año.
“Estamos cursando comunicaciones a Seguridad de la Nación para que adopten las medidas que correspondan”, dijo Coccocioni sobre el pedido para que se restrinjan al máximo los contactos de estos detenidos con el exterior.
Y específicamente sobre Alvarado, advirtió: “Entiendo que esta persona puede tener la pulsión de seguir delinquiendo y está en nosotros, en las autoridades pertinentes de Nación y provincia, neutralizar la posibilidad. Si lo dejamos, seguirá cometiendo delitos porque es lo que se ha propuesto”.
“Está en nuestras manos reaccionar para que estos hechos (la ola de homicidios de marzo) no vuelvan a ocurrir y bloquear que quienes han dado órdenes de que se hicieran puedan hacerlo”, reforzó.
El ministro también fue consultado sobre si él no teme ser víctima de algún tipo de ataque, en un marco en el que se reiteran las amenazas contra los funcionarios que definieron desde que asumieron un régimen más estricto de detención para los presos de alto perfil. “De ninguna manera el gobierno de la invencible provincia de Santa Fe puede ser amedrentado”, respondió.