El pasado domingo se cumplieron seis años del doble asesinato del Luis Medina y su novia Justina Pérez Castelli. Si bien no hubo personas imputadas por el feroz ataque, la Fiscalía señaló que existen "nuevas evidencias" que vincularían a Esteban Lindor Alvarado, otro narco, con ese hecho. El homicidio de Medina estuvo rodeado de irregularidades, como la intervención de funcionarios provinciales en su computadora, la ausencia de la jueza que estaba de turno y un allanamiento sin orden judicial.
Medina y Pérez Castelli se desplazaban en el acceso sur de la Rosario abordo de un Citroën DS3 rojo, cuando fueron ejecutados de 18 disparos de arma de fuego. No estuvo clara la cantidad de personas que participaron en los crímenes. Sí trascendió que a la joven le robaron su celular, aunque no se supo si fueron quienes asesinaron a la pareja o gente que llegó al lugar.
En la última audiencia de la megacausa Alvarado –quien está acusado de instigar el homicidio del prestamista Lucio Maldonado y de ser jefe de una asociación ilícita– fueron acusados varios policías de formar parte de la banda que éste capo narco lidera. Los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra hicieron hincapié en la "herencia" que recibió Alvarado tras el asesinato de Medina. Esa "herencia" significan los contactos policiales.
Los fiscales mencionaron en la audiencia que Alvarado tenía vinculación con Luis Quevertoque, uno de los imputados como miembros de esa banda y ex subjefe de la División Judiciales. Ese mismo policía fue apuntado por el comisario Gustavo "Gula" Pereyra durante el juicio provincial contra Los Monos por haber sido uno de los presuntos responsables del desplazamiento de la banda narco de la zona sur para instalar allí a Medina y Alvarado en la venta de estupefacientes. Pereyra llegó al debate oral y público imputado como supuesto miembro de Los Monos pero resultó absuelto.
Hasta ahora, tanto en el viejo sistema procesal penal como en el nuevo no hubo ni hay personas imputadas por el doble homicidio. Tampoco que hayan sido citadas a indagatoria. En el sangriento ataque no estuvo clara la cantidad de personas que participaron. Se presume que por la reactivación de la causa –asignada a los fiscales Edery y Schiappa Pietra– podría haber avances.
Las irregularidades que rodearon el doble crimen
La jueza que estaba de turno aquel 29 de diciembre de 2013, María Luisa Pérez Vara, terminó condenada a un año de prisión en suspenso por incumplimiento de los deberes de funcionario público e inhabilitada por dos años para ejercer cargos públicos. Es por no haber atendido los llamados que le hicieron por el doble crimen. Cuando contestó dijo que estaba enferma. Sin embargo, estaba en Cariló.
En los momentos y días posteriores al doble homicidio ocurrieron hechos confusos. Entre ellos, la intervención a la computadora de Medina por parte de dos funcionarios provinciales –Javier Echaniz y Martín Degratti– que dependían del Ministerio de Gobierno provincial y un allanamiento sin orden judicial hecho por la División Judiciales en el country de Pilar donde vivían Medina y Pérez Castelli. Por el último episodio, hubo agentes que quedaron demorados en Buenos Aires por presunto abuso de autoridad.
Por las muertes de Medina-Pérez Castelli llegó a ser sospechado Darío "Oreja" Fernández, un hombre señalado como un sicario de Alvarado. El 28 de noviembre de 2015 fue encontrado muerto en un terreno descampado de barrio Rucci. Presentaba una herida de bala en la cabeza y el cuerpo tenía signos de tortura.
Medina fue investigado por la justicia Federal por narcotráfico, pero nunca cayó detenido ni fue imputado por ese delito.
En tanto, Gustavo Castelli, el padre de Justina Pérez Castelli –suegro de Luis Medina– fue asesinado de una forma mafiosa en abril de 2016 en Circunvalación y Mendoza, al lado de un carrito de venta de sándwiches que sería de su propiedad. Además de recibir impactos de bala, el atacante le realizó un corte en una de sus orejas. Por ese hecho tampoco hubo personas imputadas.