El pabellón 9 del penal de Piñero volvió a ser noticia en las últimas horas a raíz de las balaceras al banco Macro de barrio Alvear y al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. En ambos atentados, aparecieron carteles con amenazas al gobernador Maximiliano Pullaro, y referencias a la “banda del 9”. Y una mención a “Pinolandia”, que no es más que un mote que usan los presos para nombrar a la Unidad Penitenciaria Nº 11.
Sin embargo, aún no está claro si la firma de los mensajes fue una forma de autoconfesión por los atentados o una operación de falsa bandera para perjudicar a los internos de parte de un sector antagónico.
Lo cierto es que el pabellón 9 de la cárcel de Piñero había sido allanado el 15 de noviembre pasado como respuesta al crimen del policía Leoncio Bermúdez, cometido en el hospital Provincial. Allí se encuentra alojado Gabriel Lencina, quien había sido derivado al centro de salud por un cuadro de tuberculosis, a quien integrantes de su banda intentaron liberar en una operación temeraria que derivó en el homicidio del policía. En el allanamiento a su pabellón, los investigadores constataron la presencia de 91 internos distribuidos en 40 celdas. Una de ellas era una suerte de búnker de drogas: había bochas de cocaína y más de 100 de envoltorios de cannabis prensado.
Fuentes del caso indicaron que en el mismo pabellón se encuentra alojado Lautaro Núñez, un tiratiros de 21 años con prontuario amplio por delitos con arma de fuego, que en agosto fue imputado por atentar a balazos contra la sede de la Policía de Investigaciones y por dos crímenes.
Hacer caso
En el escrito que arrojaron al cajero del Banco Macro, el “pabellón 9” se adjudica el crimen del policía Bermúdez, y promete el mismo destino fatal para la familia del gobernador si no deja de “meterse” con los internos.
Tras ese ataque el martes por la noche el Grupo de Operaciones Especiales Penitenciario (Goep) volvió a requisar pabellones. Y como si fuera una provocación, la mafia volvió a mostrar los dientes y atentó contra el Heca. Otra vez el destinatario del escrito fue el gobernador, a quien le piden que “haga caso”. Una frase de Callejero Fino, el cumbiero RKT de referencia en el mundillo narcocriminal por sus letras, que narran un estilo de vida delictivo.
"Son reacciones que estaban previstas. Me hubiera sorprendido si no hubieran ocurrido", dijo el ministro de Seguridad, Pablo Cococcioni, sobre la ofensiva de la mafia. Y prometió más dureza: "El régimen penitenciario en estos últimos cuatro años se configuró como sumamente laxo, se debilitaron todos los controles internos, se disolvieron todos los grupos de requisas. Evidentemente, cuando se ajustan dos a o tres parámetros básicos, la reacción se produce. Esto estaba dentro de las previsiones y vamos a responder con medidas más enérgicas todavía".