En la novena jornada del juicio provincial contra el presunto jefe narco Esteban Lindor Alvarado declaró como testigo el representante de la empresa estadounidense que pudo desbloquear su teléfono, que fue recuperado del fondo de un lago en la localidad cordobesa de Embalse Río Tercero. También lo hizo quien accedió al contenido del aparato, un técnico en análisis forense. En este día, las declaraciones apuntan a contar cómo fue la trama de película para acceder al contenido del Telegram del principal acusado.
Para los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada Luis Schiappa Pietra y Matías Edery fue histórica la declaración de John Cham, representante de la firma Cellebrite, instalada en Nueva York. El hombre declaró en la mañana de este lunes con un traductor.
John Cham comentó que Cellebrite trabaja con todas las agencias de inteligencia del mundo y se dedica a desbloquear celulares a través de sus desarrollos tecnológicos y, en ese marco, se refirió a las tareas estándar que realizan para acceder al contenido de los aparatos. No obstante, se generó una discusión con las defensas de los imputados ya que ese representante de la compañía no fue quien hizo en persona la operación con el teléfono de Alvarado, que fue llevado personalmente desde Rosario por el ex jefe de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) Maximiliano Bertolotti.
La persona que declaró después de Cham sí fue la que recibió el contenido del celular del presunto jefe de la asociación ilícita. Se trata de Franco Arana, un técnico en análisis forense. Su aporte podría resultar tan técnico como relevante para acreditar el proceso para llegar a los mensajes que mandó Alvarado vía Telegram, el sistema de mensajería que utilizaba.
El teléfono en cuestión es un iPhone 8 que Esteban Alvarado arrojó al lago del camping en el que se alojaba –mientras estaba con pedido de captura como presunto instigador del crimen del prestamista Lucio Maldonado–. Ese dispositivo fue secuestrado por personal de la TOE, específicamente por un suboficial que se tiró al agua para encontrarlo.
La información de la incautación del iPhone 8 fue brindada en las declaraciones testimoniales del juicio del propio personal que participó en el operativo encubierto hecho en Embalse Río Tercero. Fue sigiloso el procedimiento ya que, según expresó el ex ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro la semana pasada, tenían conocimiento –por el fiscal de San Isidro Patricio Ferrari– de que Alvarado tenía agentes policiales como integrantes de la supuesta asociación ilícita.
De acuerdo a los datos aportados por Carlos Argüelles –imputado colaborador asesinado en septiembre pasado–, Esteban siempre manejaba “dos o tres teléfonos”, pero comentó que siempre usaba con mayor intensidad uno, en el que concentraba mensajes más relevantes.
Del aparato secuestrado en el camping de Embalse Río Tercero que fue desbloqueado en Nueva York sobresale un dato de película remarcado por los fiscales Schiappa Pietra y Edery: Alvarado había configurado su Telegram para que se destruyeran sus mensajes en 30 días. Y, según fuentes de la investigación, el acceso al contenido del iPhone se dio a los 28, dos días antes de que se eliminaran.
Del Telegram del principal acusado se extrajeron 4.500 audios que fueron descargados y analizados por los fiscales, algunos de ellos vinculados a los delitos presuntamente cometidos como la planificación del asesinato del prestamista Lucio Maldonado; balaceras a la casa de la empleada judicial Marina Marsili; y maniobras con la supuesta asociación ilícita.