El gobierno santafesino anunció este miércoles que alcanzó un acuerdo con el instituto de Investigación Aplicada (Invap) para instalar en las cárceles escáneres especiales para evitar el ingreso de droga y celulares y que lleguen a los presos. "Evidentemente los controles fallan y hay empleados fieles e infieles", dijo el secretario de Asuntos Penitenciarios de Santa Fe Walter Gálvez.
"Tuvimos una reunión con toda la línea gerencial del Invap. Van a hacer un body scan, parecidos a los provistos a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Es lo que necesitamos. Sin tecnología es imposible", dijo Gálvez en diálogo con el programa Radiópolis (Radio 2).
El funcionario provincial afirmó que los inhibidores de señal que están colocados en las cárceles –en pabellones de presos de alto perfil, según precisó– "no son de última generación, están obsoletos. La tecnología que hay hasta ahora es cero".
"Si entra un ladrillo de marihuana a la cárcel es porque adentro hay fraccionamiento, distribución y venta. Se mueve mucho dinero", comentó y agregó que la droga y los celulares ingresan a los predios "en un 95 por ciento porque los entran las visitas o los trabajadores penitenciarios".
Sobre la connivencia con el delito, donde internos están sospechados de instigar balaceras, amenazas y asesinatos, explicó que a veces los presos de alto perfil preparan "un Whatsapp" en su teléfono y los empleados penitenciarios los llevan a un área con señal para que lleguen a destino.
"Hay un negocio fenomenal detrás de las fallas de los controles. Hay empleados fieles e infieles. De enero a la fecha secuestramos 1.600 teléfonos en requisas propias y en otras instruidas por fiscales", concluyó.