El diario Clarín publicó ayer una nota en la que establece que la Policía de Santa Fe estaba en alerta máxima de cara al juicio contra Guille Cantero y que tenía conocimiento de posibles ataques a edificios o lesiones a personas. Fue antes de que se produjera la balacera contra el Centro de Justicia Penal de Rosario.
“Un narcotraficante va a empezar a ser juzgado desde este viernes en Rosario y la Policía de Santa Fe está en alerta máxima. Un informe confidencial de la fuerza le advirtió a la Justicia que juzgar al principal acusado tenía “riesgo extremo” si se hacía presencial y “riesgo alto” si se hacía virtual. Como el juicio hay que hacerlo de todos modos, se eligió modo virtual: riesgo “alto””, señala la publicación periodística.
De acuerdo a Clarín, el informe establece que aún la situación de virtualidad “puede causar lesión severa (a las personas), daño significativo a la propiedad y contener serios riesgos potenciales que son probables de ocurrir”.
Luego de explicar que Cantero será juzgado por una seguidilla de 14 ataques a tiros a edificios y casas donde funcionaban tribunales o vivían jueces, en 2018, indica textualmente: “Lo que prevén ahora son nuevos ataques a tiros al edificio donde se va a hacer el juicio -el Centro de Justicia Penal de Rosario-, totalmente revestido en vidrio”.
Luego, anuncia que para evitarlo, 250 policías van a rodear el predio y a restringir el tránsito en las calles cercanas.
“La recomendación a la Justicia para que el juicio sea virtual fue para evitar a toda costa el traslado de Cantero desde Marcos Paz a Rosario, 314 kilómetros donde las posibilidades de un ataque narco a la caravana para tratar de liberar al jefe preso eran “extremas”, según el informe de inteligencia de la Policía de Santa Fe al que accedió Clarín.
“La presencialidad, que implicaría el traslado diario y repetitivo de los imputados, daría una ventaja táctica considerable al oponente”, dice el informe, como si fuera la planificación de un acto de guerra.
Y agrega: “La sola presencia del principal acusado genera entre los malvivientes una motivación extra para el desafío a la justicia y al orden público”.