El remanente del clan Tripi, conocido por regentear el negocio del narcomenudeo en los monoblocks del Fonavi del Parque Oeste, fue formalmente señalado como una asociación ilícita en una audiencia imputativa realizada este jueves en el Centro de Justicia Penal. A partir de un conjunto de evidencias basadas en llamados al 911, peritajes de celulares secuestrados y datos de legajos penales, el fiscal Franco Carbone hizo un organigrama de la banda y sus estamentos, todo lo cual fue valorado por el juez Gonzalo Fernández Bussy, que dictó prisión preventiva para los siete imputados, incluido el cabecilla Matías Tripi.
Matías; Mariana “Mariu” Vallejos (pareja de Iván Tripi); Ezequiel Amaya; Wanda Madera, Ariel “Boli” Ozan, Andrea Fernández y Jonatan Barreto fueron imputados, en orden de jerarquía, de conformar una asociación ilícita dedicada al narcomenudeo y otros delitos en el rectángulo comprendido entre Rouillón, Camilo Aldao, Pasco y Viamonte.
Por cuestiones formales de la investigación, la actividad del grupo está fechada entre enero y julio de 2024, ocasión en que el grueso del grupo fue detenido. A mediados de julio, la provincia tiró abajo aguantaderos ubicados en Ancuña al 5700, Pedro Lino Funes al 2400 y Riobamba al 5700.
Lo cierto es que el clan Tripi opera en el complejo de viviendas lindero a la ex Quinta Luciani desde fines de la década pasada, tras el desbaratamiento de la banda de Walter “Dulce” Abregú, de la cual en su momento los mismos Tripi oficiaron de soldaditos, señalaron investigadores.
El legajo penal a cargo de Carbone se nutrió de un informe de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE), el cual señaló que en forma anónima vecinos reconocen a la familia Tripi como responsables de la inseguridad y los hechos de violencia en el barrio.
El informe agrega que Alan Tripi –preso por una investigación federal desde marzo– sería el encargado de reclutar a vendedores callejeros, los cuales generalmente son personas que sufren adicciones y se encuentran en situación de calle.
Al igual que en otros puntos de la ciudad, los Tripi adoptaron la modalidad de venta en la vía pública para evitar los allanamientos y así minimizar la pérdida de dinero y droga, indicaron los investigadores.
Entre otras evidencias contra el grupo delictivo figuran decenas de llamados de vecinos que se vieron forzados a convivir con soldaditos armados; a presenciar transacciones y “manejes” entre integrantes de la banda y a la presencia de personas adictas merodeando, por no mencionar balaceras y homicidios.
Vale recordar que el histórico cabecilla de la banda, Iván Tripi, permanece detenido desde 2020 y purga una condena a siete años por tráfico de drogas en el fuero federal. En teoría, estaría incomunicado, por lo que se vio forzado a delegar el negocio en varios de sus familiares.
En ese sentido, a fines de febrero pasado fue asesinado Leonel Tripi en lo que se consideró un ajuste de cuentas con otro grupo delictivo. Poco después, salió a la luz un grave episodio: el 31 de enero tres policías habían plantado armas a un allegado de los Tripi en un intento de inculpar a la banda en graves atentados a tiros cometidos entre diciembre y febrero.
Alan Tripi, otro integrante de la familia, fue detenido en marzo en el marco de una investigación de la Policía Federal.
Por otro lado, Diego Tripi, el menor, se encuentra detenido por una causa de portación de armas y violencia de género, señalaron las fuentes.
Cristian Tripi, quien fue condenado a tres años de prisión condicional por el fuero federal en 2023 por una participación menor en la narcobanda, fue detenido sorpresivamente en agosto pasado, cuando ingresaba al estadio de Newell's. Hoy está a disposición del Juzgado Federal Nº 3.