En los últimos días se conocieron más detalles sobre el funcionamiento de una presunta asociación ilícita en la delegación de la Policía Federal Santa Fe, a través de la cual efectivos cobraban "todos por igual" y "sin importar jerarquías" para encubrir delincuentes, especialmente narcotraficantes. El jefe de la Policía Federal, Néstor Roncaglia, aclaró que dicha asociación no es tan grande y recordó que fue la propia Policía Federal la que puso la lupa sobre los agentes corruptos.
“No escondemos la basura debajo de la alfombra. Si bien estas cosas duelen y no causan satisfacción, debemos hablar de frente y sacar a los que no sirven”, señaló Roncaglia a través de un comunicado donde reiteró que todas las pruebas y elementos que permitieron iniciar las investigaciones fueron aportadas –a orden suya– por la Superintendencia de Asuntos Internos de la fuerza.
En tal sentido, sostuvo que es “una infamia intentar hacer extensivos a la Institución y su conducción nuevos delitos que habrían sido cometidos por el mismo personal investigado en una trama que se agota y circunscribe a dichos protagonistas”. Es decir, al Jefe de la Delegación Santa Fe, Comisario Marcelo Octavio Lepwalts, el Principal Cristian Pablo Bogetti, el Ayudante Michael Juan Arbildo, el Cabo 1º Lucas Leonel Bustos, el Cabo 1º Darío Alberto Duarte y el Agente Carlos Fernando Gómez Navarro. Todos están imputados por los delitos de "Tráfico de estupefacientes, falsedad ideológica, encubrimiento, alteración de pruebas e incumplimiento de los deberes de funcionario público".
“No existe ningún grado de tolerancia ni flexibilidad para todo aquél integrante de la fuerza que se aparte de la legalidad”, aseveraron en otra parte del comunicado.