El domingo pasado, Agustina y su novio pasaron una tarde de terror en el parque Independencia. Cayeron víctimas del “cuento del narco” un (ya no tan) nuevo engaño que se ha extendido en los espacios verdes de Rosario: dos muchachos se hicieron pasar por vendedores de drogas y les robaron el celular sin violencia física pero con una fuertísima presión.
“Estábamos acorralados”, contó Agustina en contacto con el programa Radiópolis (Radio 2).Todo pasó en unos 20 minutos el domingo pasado cerca de las 17, cuando la joven de 23 años compartía la tarde con su pareja cerca del rosedal. Lo sintió “eterno”.
Como el día estaba agradable, muchos tuvieron el mismo plan y estaban rodeados de otras personas, no demasiado cerca por la pandemia de coronavirus, pero bastante.
Mientras charlaban, dos muchachos se les acercaron y se sentaron en su manta. Uno llevaba barbijo y aparentaba mayor tranquilidad. “El otro estaba fuera de sí”, describió Agustina y señaló que les hizo tocar la cintura donde tenía escondida el arma.
No obstante, la violencia no pasó a lo físico. “Nunca me hicieron nada, pero los teníamos pegados piernas con piernas”, contó.
Les dijeron que buscaban comprar droga y que estaban “en la peligrosa”. Que en realidad querían identificar a narcotraficantes en la zona, porque ahí “no se puede”. Que a unos metros, los vigilaban desde un auto. Agustina desconfió, pero la presión era tal que ni ella ni su novio se animaron a contradecir nada.
Luego el relato comienza a ser más confuso y les piden el celular para tomar datos de contactos. Querían números de teléfono y direcciones. En un momento dado, uno de ellos –el único que les hablaba– les pidió llevarse el celular para hacer algunas averiguaciones y devólverselos. De este modo se lo robaron.