Dieciséis personas quedaron en prisión preventiva por resolución de la jueza Paula Álvarez este viernes tras una extensa audiencia por varios delitos, algunos de ellos con estrecha vinculación con los crímenes del taxista Diego Celentano y del colectivero de la línea K Marcos Daloia. Los sospechosos cayeron en una serie de allanamientos por la saga de asesinatos de trabajadores que sacudió la ciudad la semana pasada. Sin embargo, la fiscalía aún no dio con los autores materiales, o bien no posee evidencia para imputar a los gatilleros. Tampoco profundizó en la instigación de los hechos que, en teoría, estarían ligados al descontento de presos alojados tanto en cárceles provinciales como federales, como deslizó el fiscal Patricio Saldutti en conferencia de prensa. Respecto del playero Bruno Bussanich "hay importantes medidas", aseguró.
Saldutti ponderó los “buenos resultados” de una investigación incipiente que, por el momento, pudo dar con un presunto partícipe necesario del crimen del taxista Celentano, a quien autores desconocidos mataron el miércoles 6 a las 23 en barrio Saladillo. El sospechoso, identificado como Raúl Pereyra, fue quien solicitó el taxi para Lamadrid al 400 bis vía WhatsApp. El coche, que cargó a dos pasajeros, terminó el viaje en Garmendia y Marcelo T. de Alvear, con Celentano, que vivía en el cercano barrio Municipal, asesinado por la espalda.
Por lo pronto, la Fiscalía no presentó evidencias ni imputaciones respecto del taxista asesinado el día anterior en Flammarion y Lamadrid, Héctor Figueroa. Ambos taxistas trabajaban para la empresa Su Radio Taxi (4555555), propiedad de Fernando Lange –referente de la Cámara de Radiotaxis de Rosario–. Lange es padre de Matías, un hombre que en 2019 quedó salpicado porque la mansión donde fue asesinado el narco Emanuel "Ema Pimpi" Sandoval, y otras dos personas, había sido alquilada a su nombre.
Lo que está claro es que los homicidas utilizaron la misma pistola 9 milímetros y balas con la inscripción PSF (Policía de Santa Fe), y que el arma también se utilizó para atacar a la comisaría 15ª el jueves 7, indicó Saldutti.
Respecto de las balas policiales, Saldutti dijo que habían sido otorgadas al personal policial en 2021: “De allí a cómo llegan a la escena del hecho puede haber distintas hipótesis”. El otro foco de la audiencia estuvo sobre los detenidos en el aguantadero Nicaragua al 2215, donde fueron aprehendidas once personas que terminaron imputadas y bajo arresto sin plazos por encubrimiento agravado por ser el hecho precedente especialmente grave en calidad de coautores. Estos fueron identificados como Eduardo Alvarado, Micaela Barrios, Natalí Belén Barrios, Alejandro Sebastián Caro, José Luis Caro, Marcelo Fabián Caro, María del Luján Caro, Jesús Darío Chaves, Lucía Jimena Orue, Romina Belén Quiroga y Walter Quiroga. Ocurre que en ese domicilio la Policía encontró una Honda Twister 250 sin patente, con asiento rojo y negro y guarismos adulterados. La Fiscalía está convencida que ese rodado fue el utilizado por los homicidas del colectivero de la línea K Marcos Daloia, el 7 de marzo, en Mendoza y Guatemala. Y que, de hecho, los autores se refugiaron en esa vivienda. En Nicaragua al 2215 también fue secuestrada la ropa que utilizaron tiratiros que atacaron el colectivo 122 en Cerrito y Méjico, la noche anterior, es decir, el 6 de marzo, con la misma Honda Twister y con intenciones de matar al chofer. Esa noche, los sicarios se pusieron del lado derecho del colectivo y sin mediar palabras, le efectuaron entre tres y cuatro disparos que impactaron en la carrocería del vehículo. Luego, sobrepasaron la marcha del colectivo y desde el frente, en dirección al chofer, el acompañante de la motocicleta intentó disparar otra vez, pero el arma falló. Luego, escaparon por Méjico al sur, donde tomaron calle Riobamba al oeste (en dirección a calle Nicaragua), detalló el fiscal. En la audiencia también hubo imputaciones por tenencia de armas. David Pereyra fue imputado por la tenencia de un revólver .22 y una pistola 9 milímetros cuando fue allanado en Teniente Agneta al 1800. Lo mismo para Ezequiel Rodríguez con relación a una escopeta hallada en Cochabamba al 5600. Este imputado quedó detenido en prisión preventiva por dos meses. En tanto, Celeste Rodríguez quedó presa por cohecho, ya que quiso coimear a agentes que la allanaron y secuestraron un teléfono de su domicilio, ya que “tenía elementos que comprometían a David Pereyra”, dijo la Fiscalía. El celular aún debe ser peritado. En tanto, Tobías Barrios, un joven de barrio Tablada ligado a los Monos (en particular por su parentesco con Matías “Pino” César) quedó ligado al encubrimiento de una moto robada cuando fue allanada en Presidente Quintana al 100 bis.El aguantadero de Nicaragua al 2200
El ataque al 122, preludio al crimen de Marcos
Armas y un celular caliente