Agustina y Lucas iban en moto desde la casa de ella hasta la de él, para compartir la cena como tantas otras noches. Nunca imaginaron que vivirían un episodio dramático por causa de dos delincuentes que los persiguieron, los amenazaron y finalmente les dispararon. Del arma de fuego de uno de los asaltantes salió una sola bala, que le perforó el muslo izquierdo a ella y la espalda a él. Se salvaron de milagro y contaron el episodio a las cámaras de El Tres.
“Estábamos en la casa de ella y nos íbamos a comer a mi casa”, comenzó el relato Lucas. Y siguió: “Íbamos en la moto y nos detuvimos en el semáforo de Provincias Unidas y Junín y vemos a dos chicos en una moto Honda Wave roja, sin pinta de delincuentes, uno con la camiseta de Newell's y el otro con una remera negra”.
“Yo vivo en la zona de Vélez Sarsfield y Guatemala, y cuando doblamos veo por el espejo retrovisor que se venían acercando, adelante nuestro teníamos un auto. Cuando nos dimos cuenta, ya los teníamos pegados”, continuó Lucas.
“Se me ponen al lado y uno me dice «quedáte quieto que te quemo». Y cuando quiero frenar sacan el arma y tiran un tiro, que le pega a ella en el muslo, con orificio de salida”, precisó el joven, mientras mostrafa las heridas que provocó el proyectil al entrar y al salir por el lado opuesto de la pierna.
Esa misma bala le ingresó a Lucas por la parte izquierda de la espalda, un poco más arriba de la cadera, y salió a la misma altura por la derecha.
Agustina detalló: “Nosotros no nos resistimos, él (por su novio) sólo atinó a frenar la moto y ahí nos tiraron. Y no nos robaron nada; ni la moto, ni los teléfonos, nada. Se fueron como si no hubiera pasado nada”.
“Yo empecé a gritar que me habían dado y él no se había dado cuenta que le había entrado la misma bala”, describió la chica.
“Fuimos hasta la casa de una amiga que el padre es enfermero y trabaja en las ambulancias del Sies; entonces el papá llamó y enseguida vino el Sies a atendernos”, continuó.
Por la trayectoria de la bala en el cuerpo de Lucas, tuvo mucha suerte de que no tocara la columna vertebral o algún órgano vital: “El cirujano me preguntó a qué dios le rezo, porque fue un milagro. Por dos milímetros no me tocó la columna; podría haber quedado paralítico”, confió.
Sobre los agresores, el muchacho indicó que “la cámara que tomó las imágenes es de una fábrica, pero esperamos que el domo del distrito noroeste los haya podido captar, porque iban a cara descubierta, sin casco”.
“Ella rendía ayer la última materia para recibirse de enfermera y no la dejaron rendir en este estado”, finalizó Lucas. “Tendré que esperar otra oportunidad”, asintió Agustina.