Los restos humanos encontrados el pasado 11 de julio en una zona rural situada en la jurisdicción de Ricardone eran de Andrea Verónica Portillo, una trabajadora sexual de 45 años que estaba desaparecida desde el pasado 25 de marzo, cuando salió a trabajar en San Lorenzo. La confirmación de la identidad tuvo lugar el pasado lunes tras varias medidas ordenadas por el fiscal Aquiles Balbis, a cargo de la investigación.
El cuerpo fue hallado en avanzado estado de descomposición en inmediaciones de la ruta A012 y el Camino a la Cremería. Por las prendas y los accesorios, familiares la reconocieron. Además de eso, su identidad se confirmó por exámenes de ADN y anatomopatológicos.
La investigación, en un comienzo, se hizo como búsqueda de paradero en Santa Fe, donde se había radicado la denuncia, ya que era esa ciudad junto con la de San Lorenzo donde trabajaba. De hecho, en mayo el gobierno provincial ofreció una recompensa de diez millones de pesos por información para localizar a la mujer. Después de que se encontrara el cuerpo, la causa pasó a Homicidios Dolosos, que busca determinar en qué circunstancias falleció Portillo.
De las tareas realizadas se pudo precisar que Portillo mensajeó a su hija antes de su deceso, puntualmente a las 23.55 del 25 de marzo. Luego, no volvió a tener actividad.
De momento, en la autopsia llevada adelante en el Instituto Médico Legal no se estableció cuál fue la causa de la muerte, algo en lo que tuvo incidencia el estado de descomposición del cadáver.
El fiscal Balbis trabaja en la causa con personal de la Unidad Regional XVII, la Policía de Investigaciones y la División de Trata de Santa Fe.