Este martes, desde las 8 de la mañana y hasta entrada la tarde, en el Centro de Justicia Penal se realizó una audiencia imputativa por la saga de crímenes que conmocionaron a Rosario durante el mes de marzo, en el que murieron dos taxistas, un colectivero y un playero. Hay seis personas imputadas, entre ellas, un "viejo conocido” del delito, Chuky Monedita. También aparecieron los nombres de otros dos nombres de peso: Claudio "Morocho" Mansilla y Esteban Lindor Alvarado.
Las imputaciones
En audiencia imputativa en el Centro de Justicia Penal, los fiscales Adrián Spelta, Patricio Saldutti y Franco Carbone les atribuyeron a Alejandro Isaías N. de 28 años, Brenda Natalí P., Gustavo Alejandro M. de 29 años, Macarena Solange M. de 28 años y Axel Uriel R. diversos delitos; solicitando la prisión preventiva efectiva para todos los imputados. La jueza de primera instancia Dra. Álvarez tuvo por formalizada la audiencia imputativa, disponiendo la prisión preventiva efectiva por el plazo de ley para todos ellos.
La Fiscalía les atribuye a los imputados, Alejandro Isaías N., Brenda Natalí P., Gustavo Alejandro M., Macarena Solange M. y Axel Uriel R., junto a personas menores de edad, siendo éstos M.M de 17 años, M.C. de 16 años, a menores no punibles, D.M.G de 15 años, y C.N.T de 15 años, y junto a personas aún no identificadas; el haber formado parte del grupo que ideó y perpetró una parte de los ataques armados destinados a generar temor y conmoción pública en la ciudad de Rosario tras la selección de objetivos sensibles como víctimas choferes de taxi; recolectores de residuos; choferes de colectivos; comisarías; farmacias; y estaciones de servicio; ello como respuesta a las modificaciones impuestas en los últimos tiempos en los distintos regímenes de detención en las Unidades Penitenciarias, tanto en el Servicio Penitenciario Provincial como en el Servicio Penitenciario Federal, logrando tras el accionar conjunto atemorizar a la población en general.
Con su accionar, los imputados tuvieron como finalidad infundir temor y conmoción pública, logrando atemorizar a la población de la ciudad de Rosario en general y a la comunidad de taxistas, colectiveros y playeros de estaciones de servicios en particular, provocando el cese temporal de dichos servicios, quebrando la tranquilidad pública de toda una sociedad.
Nombres conocidos en el mundo del hampa
Chuky Monedita, un pistolero de barrio Tablada reconvertido en el encierro de la cárcel de Piñero en gerente de sicarios, fue señalado como instigador de estos crímenes por el endurecimiento de sus condiciones de detención, y de usar, a través de terceros, a adolescentes no punibles para perpetrarlos. Los jóvenes sicarios cobraron hasta 400 mil pesos por matar.
Los fiscales Patricio Saldutti, Franco Carbone y Adrián Spelta lo imputaron de haber instigado la balacera a la comisaría 15ª y los crímenes de los dos taxistas, Héctor Figueroa y Diego Celentano.
Según señalaron, Chuky Monedita encomendó el plan a su pareja, Brenda Pared, que tiene prisión domiciliaria en una causa por droga y es su única visita autorizada a la cárcel. Pared fue la que se encargó de distribuir armas y de los recursos humanos.
Además de Saldutti, Carbone y Spelta, la parte acusatoria está a cargo de Luis Schiappa Pietra, Marisol Fabbro y Fernando Dalmau. La jueza es Paula Álvarez.
Chuky Monedita está detenido desde 2015 y purga condena por un homicidio de sus tiempos de pistolero rústico en las calles de Tablada. En la cárcel, según se desprende de varios legajos penales, terminó reconvertido en "jefe de asociación ilícita" y administrador de búnkeres.
Pared, por su parte, está ligada al narcomenudeo hace más de una década. Hija de Sergio Pared, un vendedor de drogas asesinado por Los Monos, Brenda es medio hermana de Jésica “La Fea” González, que a su vez es pareja de Morocho Mansilla, otro famoso hampón que está condenado a cadena perpetua en Ezeiza por múltiples delitos.
La sombra de Mansilla, al igual que la de Alvarado –también preso en Ezeiza–, sobrevolaron hasta hoy como artífices de la saga criminal que se cobró la vida de Figueroa, Celentano; del colectivero Marcos Daloia y del playero Bruno Bussanich. Este martes finalmente, el fiscal Saldutti dijo durante la audiencia que Alvarado ordenó dede el penal federal la balacera al 122 rojo, ocurrido un día antes del crimen de Daloia. Con todo, aunque señalado, Alvarado no fue imputado, si bien la sola mención de su nombre supone un dato clave para la investigación.
Las buenas migas de Alvarado con Mansilla son conocidas. Según una hipótesis, Alvarado tenía como invitado de honor al Morocho en su trunco plan de fuga en helicóptero de la cárcel de Ezeiza, hace poco más de un año.
Y Chuky Monedita posee una causa abierta por haber recibido el encargo de matar a Carlos Arguelles, el mecánico que supo ser cercano a Alvarado y luego declaró en su contra. Según la causa, Monedita movilizó a sus gatilleros en enero de 2021. Arguelles sobrevivió, pero terminó asesinado meses después.
Otro de los imputados por el equipo de cinco fiscales es Dylan Agustín T. Según trascendió, es cuñado de D. G., el menor de 15 años que mató al playero Bussanich y fue demorado el 29 de marzo tras el acuerdo de pago de una recompensa a una persona que lo entregó.
Axel Uriel Rodríguez, que fue allanado en una vivienda de barrio Santa Lucía, donde cumplía arresto domiciliario por una causa de cuando era menor, es otro de los imputados este martes. Lo acusaron de ordenar un pasacalle en Circunvalación y Oroño el 9 de marzo, mismo día pero horas antes del crimen de Bussanich. Según un testigo de identidad reservada, ese cartel lo había pedido un tal Mansilla, posiblemente Claudio.
Los imputados restantes son Gustavo “Gusti” Márquez y su pareja Macarena Muñoz cuyo hermano de 17 años era quien reclutaba gatilleros adolescentes e incluso fue señalado por el ataque a la seccional 15ª de Sarmiento y Ameghino, luego de “recorrer la ciudad en busca de un camión recolector de residuos”.
En una pausa de la audiencia que continuaba esta tarde, Saldutti confirmó en conferencia de prensa este mediodía que los autores materiales, de acuerdo a la investigación, son menores de edad y que, según el caso, habrían cobrado entre 200 y 400 mil pesos. El crimen de Figueroa, de acuerdo a las declaraciones testimoniales, costó 300 mil pesos que se dividieron el gatillero y el pasajero. El de Celentano, 400 mil pesos que se repartieron una adolescente de 16 años y otro menor que, creen, sería el mismo que mató al playero y a Figueroa. El de Bussanich, en tanto, salió 400 mil pesos, que entregó a Márquez por haberle perdido una moto. En los allanamientos del martes pasado fue aprehendido el adolescente apodado Matute, sindicado como autor material de uno de los asesinatos. Su situación tramita en el juzgado de Menores como el resto y por eso este mediodía en la rueda de prensa, Saldutti se limitó a señalar que había menores sospechados de las autorías materiales. Los otros señalados son N. T., de 14 años –y, por lo tanto, no punible–, quien fue detenido en un domicilio de Anchorena al 1500. Además, el día de los allanamientos también fue notificado otro menor que estaba alojado en el Irar. Se trata de M. T, detenido con un millar de bolsitas de cocaína en un procedimiento de calle frente a un búnker de Centeno al 200, el pasado 28 de marzo. Más informaciónAdolescentes sicarios y los precios para matar