Una propiedad de Francisco "Fran" Riquelme, preso sindicado como segunda línea del jefe narco Esteban Alvarado y recientemente imputado por mandar a amenazar al gobernador Maximiliano Pullaro, y otra de su hermano, comenzaron a ser demolidas este lunes a la mañana en la misma cuadra de Felipe Moré al 600 bis. Se trata de dos de los inmuebles que la Justicia provincial ordenó tirar abajo después de la aprobación de la Legislatura santafesina de la ley de microtráfico de drogas.
Las tareas en Felipe Moré al 600 bis, en la zona noroeste de Rosario –uno de los territorios más calientes de la ciudad en materia de narcocriminalidad–, empezaron después de otro derrumbe llevado adelante en Necochea e Ivanowski, en un búnker de la presunta banda narco de Alejandro “Chucky Monedita” Núñez, otro preso que regentea una estructura dedicada a la venta de droga.
Después del trabajo, el secretario de Seguridad Pública Omar Pereira señaló que los búnkeres “tienen una lógica de trabajo que no es permanente”. “Se ocupan temporariamente para la venta y no hay una presencia constante de personas en los puntos de venta. Los identificamos para que la gente lo comprenda, pero funcionaban como puntos de venta. Los búnkeres tenían, en los años 2013 o 2014, otra infraestructura mucho más rígida, un local cerrado con una ventanita para la venta. Estas son viviendas usurpadas que se destinan temporariamente para la venta”, comentó.
“Hay una sentencia de la jueza que se ha posado en los elementos probatorios presentados por el fiscal, donde se ha constatado que hay usurpación y están todas las medidas precautorias tomadas por la Justicia para que se lleve adelante esta medida”. A continuación, informó que hubo un allanamiento previo en el que surgieron “las pruebas que ha presentado el fiscal en la causa” y recordó que este “es un lugar simbólico, icónico, en la lucha contra de los vecinos, hace años, en esta cuestión”, concluyó Pereira.