El secretario general del Sindicato Unido de Portuarios Argentinos, Herme Juárez, fue detenido en su inmensa vivienda de San Lorenzo en un megaoperativo realizado este jueves por la Policía Federal. "Vino Caliente", como se lo conoce hace décadas, es considerado el mandamás del gremio portuario. Está sospechado de numerosos delitos económicos que son investigados por el juez federal de Campana Adrián González Charvay.
"Juárez vive como un millonario de telenovela. Como los Carrington de la mítica serie Dinastía", apuntó el periodista y diputado provincial Carlos del Frade, que investigó el mundo de este personaje desde hace décadas.
“Son 50 años de historia”, apuntó el legislador en contacto con Radiópolis (Radio 2). Para Del Frade, Juárez “hizo y deshizo porque lo dejaron hacer y deshacer”. En tal sentido, apuntó que no fue inocente el momento de su detención, a poco más de una semana de las primarias que enfrentarán en un primer round electoral al macrismo y al kirchnerismo.
“Al macrismo le viene bárbaro mostrar esto porque es un capítulo en vivo y en directo de El Tigre Verón (la serie que emite El Tres y narra la vida de un sindicalista de la carne interpretado por Julio Chávez) a días de las primarias, en una provincia donde ocho de cada 10 votamos en contra de Macri”, dijo.
“Juárez es la metáfora de un hombre que a duras penas terminó la primaria y terminó siendo un empresario de mucho poder”, señaló Del Frade.
Un poco de historia
Según reconstruyó Del Frade, la historia de “Vino Caliente” tiene como hito el año 1974. Hasta entonces Juárez vendía vino en bordalesa –y de ahí parte de la explicación de ese apodo– en Granadero Baigorria, pero en el 74, funda la Cooperativa de Trabajo junto a otros 30 compañeros estibadores.
Sin embargo, el verdadero despegue de la cooperativa se da a partir de 1986, con la instalación de la terminal 6 en Puerto San Martín. Aunque, ya en los 70 las cosas iban “encaminadas”: Del Frade recordó que “Vino Caliente” se jactaba de su buena relación con los militares.
“Cuando el cordón industrial era realmente industrial, Juárez no tenía tanto poder”, observó. Luego comenzó una etapa de acumulación: de riqueza e influencia. Hasta tal punto que –recordó el legislador– en un momento llegó decir, a lo Luis XVI, “Cargill soy yo”, en referencia al gigante cerealero.
Además, llamó la atención de Del Frade, Juárez no se escondía: le gustaba mostrar su poderío y era también un gran sostén para los sectores populares de la región que acudían a él en busca de ayuda y la conseguían.
“Todavía se deben acordar en Puerto General San Martín cuando hizo desfilar cuatro grúas Volvo que trajo de Suecia y fue la muestra del poderío de una cooperativa que se convirtió en empresa”, ilustró.