Un joven fue imputado este miércoles por diferentes delitos cometidos mientras debía cumplir prisión domiciliaria en su casa de la zona noroeste de Rosario. Le atribuyen balaceras y amenazas para usurpar dos viviendas.
La audiencia se llevó a cabo en el Centro de Justicia Penal, donde el fiscal Lucas Altare acusó formalmente a Lisandro Nicolás M., de 23 años, por desobediencia judicial, daños, amenazas coactivas anónimas, amenazas calificadas y tentativa de usurpación.
Según la investigación, el pasado 26 de agosto a la madrugada, el joven efectuó disparos contra el frente de una casa en calle Caracas al 2600, causando daños en la ventana de una habitación que da a un patio trasero. Y por la mañana dejó una nota con amenazas a los moradores para que desalojen el lugar.
El sábado 31, cerca de las 3.30 y junto a otras personas no identificadas, ingresaron a la misma vivienda e intentaron sacar por la fuerza a los ocupantes.
El día más violento fue el último domingo, 1º de septiembre. A las 2, el imputado pasó por el mismo domicilio a bordo de una moto y, entre amenazas verbales, baleó un Peugeot 207 propiedad de los residentes. Y a las 10 de la mañana, el mismo joven, otra vez en moto, volvió a pasar y efectuó disparos de arma de fuego contra la fachada.
En tanto, a las 14 baleó nuevamente la casa vociferando amenazas, mientras que al atardecer, cerca de las 19.30, atacó otra vivienda: en Ciudadela al 3500. Perpetró una balacera desde la calle, al parecer con el mismo fin, y causó daños daños en el frente y en un medidor.
Ante este raid delictivo, la jueza de Primera Instancia Paula Álvarez decidió revocar la prisión domiciliaria y la cambió por prisión preventiva efectiva por el plazo de 90 días.
El imputado se encontraba detenido en su casa desde el 11 de agosto de este año por el delito de “robo calificado por el uso de arma de fuego impropia en calidad de coautor en grado de tentativa y encubrimiento”.