El cuerpo del joven acribillado en Amenábar y Barra en plena tarde del miércoles fue identificado en la morgue en las últimas horas. Se trata de un joven de 25 años domiciliado en el extremo oeste de Rosario. Todo apunta a que este crimen se inscribe en la saga de asesinatos que tiene como trasfondo un conflicto entre grupos narco, ya que junto al cuerpo fue hallada una nota dirigida a un hombre privado de la libertad ligado –y al parecer enemistado– con Pablo Camino, un personaje de peso dentro de la banda de Los Monos que también está detenido y cuyo nombre apareció en otro escrito esta semana junto al cuerpo de otro chico asesinado.
Fuentes judiciales y policiales identificaron a la víctima como Victorio Benjamín Echavarría, cuya huella dactilar propició el reconocimiento. Echavarría había cumplido 25 años horas antes de ser asesinado. De hecho, en sus redes los últimos posteos dan cuenta del festejo. Cómo terminó en el auto de los homicidas es un misterio a develar por los investigadores. El joven vivía en colectora Juan Pablo II a la altura de Ituizangó, en límite de barrio Belgrano Sur y el comienzo de Santa Lucía.
Cerca de las 19.30 del miércoles, Echavarría fue bajado de un automóvil gris –posiblemente Renault Sandero robado– en Amenábar al 6200 y ejecutado de múltiples disparos. La elección de esa cuadra no fue azarosa.
En la escena, los homicidas dejaron una nota que tilda de "sapo" a Emanuel “Tato” Leguizamón, un hombre que vivía allí antes de ser detenido, en noviembre de 2021, como sospechoso de integrar la banda de Pablo Nicolás Camino.
Camino, detenido desde 2015, cumple condena por dos homicidios –Andrés Farías y Rubén “Tubi” Segovia– y tiene causas abiertas en ambos fueros acusado como jefe de una asociación ilícita dedicada a delitos violentos y a la venta de drogas en los barrios Godoy, Villanueva y un sector de Triángulo conocido como Bajo Cullen. Además de eso, está señalado como un personaje de injerencia dentro de la barra brava de Newell's y como un hombre de la banda de Los Monos, ligado a Ariel “Guille” Cantero.
Una nota con una “objeción moral” a Camino –“dejá de matar gente inocente”– apareció en un caso reciente y de modus operandi calcado al crimen de Echavarría: la muerte de Yamil Brandon Ortigoza (18), que fue raptado el domingo pasado y muerto a tiros en Camino Nuevo a Soldini al 4000 (extremo sudoeste) en los primeros minutos del lunes 27 de febrero.
Ortigoza, según sus familiares, era un chico que se ganaba la vida trabajando y nada tenía que ver con el mundo criminal, por ello se sospecha que fue utilizado como sobre para dejarle un mensaje a Camino. Sin embargo, los investigadores no descartan que haya algún vínculo arbitrario entre el chico y alguna persona ligada al mundo del hampa.
Estos casos remiten, sin lugar a dudas, al asesinato de Lorenzo “Jimi” Altamirano, el músico punk y artista callejero que fue raptado en forma azarosa el 1º de febrero y asesinado en inmediaciones del estadio Marcelo Bielsa para dejar un mensaje mafioso a referentes de los Monos que gerencian la barra brava.
Como dio cuenta Rosario3 a partir de fuentes judiciales y policiales, la guerra entre facciones con líderes presos y soldaditos fungibles y descontrolados en la calle comenzó en noviembre y también incluye atentados en lugares de alto impacto para provocar conmoción pública.
El 29 de enero desde una moto atacaron a tiros una casa de Amenábar al 6400. La nota mafiosa de rigor auguraba sangre: “Todos lo que venden para Nico Camino muerte at. la mafia”. Un mes después, ese conflicto sigue vigente y derramando sangre.