Un hombre que en 2018 asesinó a su cuñado, se lo confesó a su hermana y quedó filmado cuando descartaba el cuerpo en un contenedor de basura del barrio porteño de Palermo fue condenado a 9 años de prisión por el homicidio pese a que nunca apareció el cadáver, informaron este miércoles fuentes judiciales.
El fallo fue dictado por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 10, que consideró a Del Pilar González Aranda (39), de nacionalidad paraguaya, autor del “homicidio simple” de su cuñado Pablino Martínez (24).
En su alegato, el fiscal de juicio, Oscar Ciruzzi, había solicitado 14 años de prisión para González Aranda, pero el TOC 10 lo condenó a 9 años de prisión y unificó la pena en 11 años porque tenía una condena en suspenso previa por violencia de género.
Pese a que el cadáver de Martínez, también paraguayo, nunca fue encontrado, el caso pudo ser esclarecido a partir de tres elementos claves: una confesión telefónica, los cámaras que captaron el momento en el que se descarta el cadáver y un análisis de ADN que confirmó que la sangre hallada en un contenedor de basura, pertenecía a la víctima.
Según lo que se pudo reconstruir en el juicio oral, el hecho ocurrió en una casa de tres plantas de la calle Fray Justo Santa María de Oro 2338, entre el 26 de enero de 2018 a las 23.12 -momento en el cual la víctima utilizó su celular por última vez-, y el día siguiente a las 3.21 de la madrugada, cuando el imputado quedó filmado arrojando un bulto de grandes proporciones en un contenedor de la cuadra.
En esa vivienda vivían González Aranda, con su hermana y la pareja de ella, Martínez, pero la pareja se separó, la mujer se volvió a su país natal, Paraguay, y en la casa quedaron conviviendo el imputado y la víctima.
La investigación por homicidio se inició el 30 de enero de ese año cuando la ex pareja de Martínez llamó desde Paraguay para denunciar que su hermano, el ahora condenado, se había comunicado con ella para confesarle que había asesinado a su ex novio y lo había tirado a la basura.
“Lo mandé con su papá. Cerrá la boca hasta morir”, le dijo González Aranda a su hermana, mientras que a un sobrino le confesó: “Me mandé una macana”, según lo que reconstruyeron en la etapa de instrucción el fiscal Carlos Vasser y el juez en lo Criminal y Correccional 63, Ángel Nardiello.
Los pesquisas determinaron luego que el imputado había asesinado a su víctima en el lugar donde convivían, posiblemente golpeándola con una masa o un martillo.
La propiedad de Oro 2338 fue allanada y allí no se encontró ningún rastro del cadáver, pero al revisar los videos de la cuadra los detectives de la Policía de la Ciudad encontraron una serie de videos claves que fueron exhibidas en el juicio, en los cuales se observa que entre las 3.21 y las 3.24 del 27 de enero de 2018, González Aranda arrastra una bolsa y la deja dentro del contenedor ubicado frente a la vivienda.
La planta de la Ceamse de José León Suárez fue revisada con perros adiestrados para buscar cadáveres, pero todos los rastrillajes que se hicieron allí dieron resultado negativo y el cuerpo de Martínez nunca fue encontrado.