Una impactante escucha telefónica expuso este jueves cómo un preso de la unidad penitenciaria Nº 3 de Rosario –baleada este lunes– hace ingresar celulares al penal. Y no es, como habitualmente se cree, a través de una visita o de un guardiacárcel que podría tener complicidad. Se trata de una sagaz y rápida maniobra que se llevó a cabo a mediados de octubre pasado por parte de una presunta organización que fue imputada este jueves por asociación ilícita, balaceras y extorsiones. Esa organización era, de acuerdo a la causa, la destinataria de los disparos ocurridos el 5 de septiembre pasado en Génova y Alberdi, hecho en el que resultaron heridos un quiosquero y una mujer que hacía las compras en una carnicería, dos víctimas ajenas a la situación.
El audio fue uno de los materiales ventilados este jueves en el Centro de Justicia Penal por el fiscal Franco Carbone, quien acusó a los presos Pablo Corvalán y Edgardo Ávila de haber sido quienes impartieron desde la cárcel órdenes a otros integrantes de la asociación ilícita que encabezan.
En la escucha en cuestión, que data del 15 de octubre pasado, Ávila dialoga con el imputado Tobías Agustín Mieres –alias “Jota”–, presunto gatillero de la organización, a quien le explica una maniobra que, de acuerdo a la investigación, ejecutó después para pasarle teléfonos al recluso.
“Te va a pasar a buscar Mati. Te va a traer para el alrededor de la unidad y nosotros por la ventana vamos a sacar una caña con una tanza. Vos tenés que clavar el alambre en la media y darle media vuelta”, le indica Ávila a Mieres.
El presunto jefe de la banda después le señala que al momento de hacer la maniobra necesariamente va a tener que estar en llamada con él y con manos libres activadas.
“Vos tenés que tener el teléfono en el bolsillo, estar en llamada conmigo. Cuando vos venís caminando vas a identificar que está colgando eso y vos me vas a decir «dale, bajala», entonces pasás caminando, lo pinchás, le das media vuelta al alambre y me decís «ya está, subilo» y le pegamos el tirón”, expresa Ávila.
El recluso además le comentó que en ese momento podría llegar a ser visto por un agente penitenciario que se encuentra en la garita. “No te va a hacer nada. No te va a tirar un tiro, nada. A lo sumo, si te ve, es un segundo. Si te grita o algo, vos seguís con lo tuyo hasta que llegue hasta donde estás vos, y ahí te pegás un pique hasta donde está Mati en el auto”, concluyó.
“Es un segundo. «Sepe» ya lo hizo dos veces. Vos lo tenés que hacer, boludo. Ahora te voy a mandar un video de cómo tenés que hacer”, añadió el interno de la Unidad 3.
El fiscal Carbone dejó en claro que según las escuchas telefónicas, Mieres ejecutó el ingreso de tres celulares de la forma en la que recibió la instrucción. Y por ese motivo, contó que investigará la responsabilidad del Servicio Penitenciario.
En la audiencia, además de Ávila y Mieres fueron imputados Silvio Ojeda como presunto proveedor de armamento de la banda, Edgardo Ávila (padre), que es un policía retirado que participó en varias maniobras, y Corvalán, el otro interno mencionado. Todos recibieron prisión preventiva por el plazo de ley, según resolvió el juez Pablo Pinto.