Una mujer de 62 años comenzó a ser juzgada este miércoles por haber asesinado a su pareja, un folclorista que fue muerto a puñaladas durante una discusión en una vivienda de Fisherton Norte en julio de 2020.
En su alegato de apertura, el fiscal Alejandro Ferlazzo solicitó que se condene a prisión perpetua a Celina Aidé Herrera por considerarla autora del homicidio de Roberto Ascurra, con quien mantenía una relación de pareja y fue asesinado de dos puñaladas el 5 de julio de 2020 en Pasaje Urdinarrain al 8400.
Ascurra tenía 50 años, seis hijos y vivía en los monoblocks de barrio Rucci. Era guitarrista y cantante de folclore. Era habitué de peñas de la región. En las redes sociales, lo despidieron como “una voz increíble”. Él se definía en Facebook como “aprendiz de cantor. Escribo canciones que hablan de la vida misma”. Y agregaba, en relación a sus hijos: “Tengo 6 amores”.
Según la teoría del fiscal, aquel día Celina y Ascurra lo pasaron juntos en el cumpleaños de un amigo que tenían en común de peñas folclóricas que compartían y en las que se habían conocido. Cerca de las 17.30 volvieron a la casa de ella, donde él pasaba los fines de semana.
Tres horas después Celina llamó al 911 diciendo que había “hincado” a su pareja. La policía lo encontró tirado boca arriba, agonizando, herido en el tórax y en la cabeza con un cuchillo que no pudo ser encontrado. El hombre murió por taponamiento cardíaco por herida de arma blanca en zona de tórax.
El fiscal dijo a los jueces que pese a haber analizado los hechos con perspectiva de género, no existieron agresiones por parte de Roberto hacia Celina y que lo exámenes médicos determinaron que no tenía lesiones.
El tribunal integrado por los jueces Román Lanzón, Nicolás Vico Gimena e Ismael Manfrín preside el debate.
El defensor Jorge Bedouret presentó una versión de los hechos totalmente opuesta. Contradijo al fiscal y lo acusó de no haber aplicado perspectiva de género. Describió a Celina como una mujer que toda su vida fue víctima de violencia físicas y psicológica por parte de su madre y de sus parejas, incluido Roberto Ascurra.
Según su teoría del caso, Herrera mató a Ascurra por accidente, al intentar defenderse de una agresión que le dejó lesiones en los brazos y piernas, por lo que solicitó a los jueces su absolución.