Sebastián Antonio Coronel, detenido el miércoles pasado en la zona norte de Rosario, fue acusado este lunes por haber participado en la balacera al policía Gabriel Sanabria y por haber sido el presunto autor del crimen de Ángel Ocampo, perpetrado el 28 de mayo pasado en Dorrego y Tucumán. La fiscal de Homicidios Dolosos Gisela Paolicelli además le atribuyó varios delitos más, como tenencia ilegal de varias armas de fuego, y haber usado y escondido vehículos robados. Quedó en prisión preventiva por el plazo de ley junto a su pareja, también sospechada por el asesinato ocurrido en el centro de la ciudad.
El sospechoso, de 23 años, según la fiscal Paolicelli, fue uno de los ocupantes del Peugeot 206 desde el que dispararon a Sanabria en la madrugada del 27 de mayo pasado en Arijón al 400. En ese marco, también lo imputó por haberse desplazado en ese auto que había sido robado el 25 de abril pasado en Centenario y Los Andes.
Pero también Coronel, apodado como “Flaco” o “Flaquito” en conversaciones de Whatsapp, fue acusado por las dos armas –pistola calibre .380 y otra calibre 9 milímetros– y una moto robada, elementos que fueron secuestrados en la casa de Gallo al 1600, y por las cuatro armas incautadas en la casa de Hungría y Ayacucho después del ataque al policía.
�� Desde el Centro de Justicia Penal, habla la Fiscal Gisella Paolicelli.
— De12a14 (@De12a14) July 18, 2022
��️ "Atacaron a Sanabria para evadir un control policial" pic.twitter.com/3GLbkB9ZUt
Coronel, de acuerdo a tareas investigativas a lo largo de la causa, trabajaría para Matías Nicolás César, alias “Pino”, un joven que integra Los Monos y que fue condenado a 20 años de prisión por los atentados contra funcionarios del Poder Judicial, ocurridos en 2018. Actualmente, está alojado en el pabellón 8 de la cárcel de Piñero.
El joven sospechoso, además, a base de la información recolectada en la investigación, sería el encargado de conseguir gatilleros para Matías César. Y, de acuerdo a datos preliminares, serían los miembros de la presunta organización conocida como “Los Picudos”, una estructura compuesta principalmente por adolescentes –algunos no punibles– que operan en Villa Gobernador Gálvez y en los barrios Tablada y La Granada de la zona sur de Rosario.
La madre del hoy imputado es Mariana Meyer, la única mujer que está acusada y presa en la causa por el ataque a tiros contra Gabriel Sanabria. Es porque en su domicilio de Hungría y Ayacucho se secuestró una mochila con dos pistolas, una ametralladora PAM y una UZI de fabricación casera, que habrían abandonado allí los que dispararon contra el policía motorizado.
Testigos de identidad reservada también señalaron que Mariana Meyer, madre de Coronel, se dedicaría a la venta de droga y tiene un búnker.
La fiscal Paolicelli también investiga si el presunto tiratiros tiene relación con un preso que está en la cárcel federal de Resistencia, Chaco, llamado Mauro Nahuel Novelino, procesado como supuesto jefe de una banda narco que opera en Venado Tuerto, en el sur de Santa Fe.
La pista es porque las armas que encontraron en la casa de la madre de Coronel –y que el mismo joven usó para mostrarlas en su Instagram antes de los disparos contra el policía– coinciden con las que el recluso había posteó en mayo pasado en sus historias de su cuenta de Facebook. No obstante, es solo una hipótesis, ya que Novelino está enfrentado a Matías César, para quien trabajaría Coronel.
Por la investigación derivada del ataque a Sanabria ya son cinco los imputados: Mariana Meyer, su pareja Brian Brito, su hijo Sebastián Coronel y los adolescentes Hugo G., alias “Picudito” (17) y Lucas Javier R., alias “Cato” (16).