La causa de asesinato de un soldadito que cuidaba un búnker de drogas en San Lorenzo, hecho cometido el 22 de octubre, sumó nuevas detenciones en las últimas horas y evidenció una conexión con actores del hampa de Rosario. Fue a instancias de un control de Gendarmería en el barrio Ludueña y el secuestro de un auto mencionado en la investigación, señalaron fuentes del caso.   

Hace un mes Omar Inocencio Pereyra, de 27 años, fue baleado mortalmente en un punto caliente de barrio Mitre de San Lorenzo. La investigación del fiscal Leandro Lucente señala que al menos tres gatilleros dispararon en el cruce de Cantoia y Vergara desde un Chevrolet Astra y dieron muerte al joven que fungía de peón en el estrato más bajo del negocio criminal.

Relacionado con ese legajo penal, personal de Gendarmería Nacional en el marco del Plan Bandera identificó este domingo un Fiat Palio con cuatro ocupantes en Bielsa y Barra. El coche tenía pedido de secuestro por estar vinculado con la investigación del homicidio, confiaron fuentes judiciales, policiales y ministeriales.

Los ocupantes, de 22, 21, 18 y 17 años, quedaron fichados por encubrimiento y a disposición de la Fiscalía y el Juzgado de Menores. Uno de ellos había sido vinculado en diciembre al robo de una ferretería de Rondeau al 400, en el norte de Rosario, agregaron voceros policiales.

La identificación de los ocupantes disparó cinco allanamientos de PDI en domicilios de Rosario (barrios Ludueña y Nuevo Alberdi) y en Puerto General San Martín. En esta última localidad Danilo M., quien quedó a disposición de la Fiscalía.

La trama del crimen de Pereyra demostró tener conexiones con reclusos que imparten órdenes desde el encierro.

A fines de octubre, personal de PDI detuvo a Brisa “Pocha” P. en la puerta de la cárcel de Coronda, donde había visitado a su pareja David Monzón, un recluso vinculado con el narcomenudeo en un sector del Cordón Industrial. La mujer, que estaría relacionado con el asesinato, se encuentra en prisión preventiva.

Brisa P., investigada por homicidio.