Dos integrantes de la banda narco polirrubro Los Gorditos aceptaron su participación en esa gavilla y fueron condenados en juicios abreviados. Se trata de Flavia Belén Bay (30), una de las hermanas del jefe Brandon Gabriel “Gordo” Bay, y Luis Gabriel Saucedo (29), ambos eslabones de la segunda línea de la organización que desde 2015 viene siendo investigada por delitos violentos en barrio Tiro Suizo y la localidad de San Lorenzo.
Flavia Bay y “Vita” Saucedo fueron condenados a 4 años y 6 meses y 5 años y 6 meses de prisión efectiva, respectivamente, tras el acuerdo entre el fiscal Pablo Socca y el abogado Sebastián Pla que este martes tuvo el visto bueno de la jueza María Isabel Mas Varela.
Los delitos atribuidos a Flavia y Saucedo, cuñados entre sí, son integrar una asociación ilícita y encubrimiento. Además, Saucedo sumó un cargo por cohecho –coima–, relacionado con un bochornoso episodio que involucró a un sumariante de la comisaría 32ª.
Los condenados integraron el remanente de la banda que respondía a Érica Altamirano, la madre de Brandon Bay, la mujer que lideró la gavilla desde afuera mientras su hijo lo hacía desde su lugar de detención en la cárcel de Coronda y luego desde el penal federal de Marcos Paz.
En mayo de 2022, Altamirano fue condenada a 5 años y 6 meses de prisión por el delito de tráfico de estupefaciente en modalidad de comercialización.
En tanto, la semana pasada culminó en los tribunales de San Lorenzo la audiencia preliminar, paso previo al juicio oral, para ocho miembros de Los Gorditos acusados de los delitos más graves como homicidios y balaceras. Los pedidos de pena van de 4 años a la prisión perpetua.
En el organigrama de los fiscales Socca, Matías Edery y Aquiles Balbis, Flavia Bay colaboraba “de cualquier manera con las actividades ilícitas de la organización” y ayudaba en lo que fuera necesario para el sostenimiento y funcionamiento, incluso de fraccionar la droga cocaína y marihuana en envoltorios para armar las "bolsitas" en uno de los aguantaderos de la banda, ubicado en Dinamarca 555 bis de barrio Saladillo. También, señaló la acusación, trasladaba la droga y el dinero de los búnkers y decidía la ejecución de balaceras contra bandas rivales.
Sobre Saucedo se dijo que era una de las personas de confianza de Érica Altamirano y que estuvo en pareja con Aldana Bay, otra integrante del clan condenada por narcotráfico. Su rol era operativo, similar al de Flavia Belén. Pero además en 2020 estuvo detenido en la cárcel de Coronda y, según la investigación, le facilitaba el teléfono a Brandon Bay para que realizara extorsiones.
Saucedo y Bay fueron detenidos el 9 de septiembre de 2021 por el Comando Radioeléctrico (CRE) en un operativo en bulevar Seguí al 5900 y los trasladaron a la seccional porque se desplazaban en un auto robado. Según consta en escuchas, los dos alfiles de la banda Los Gorditos andaban por la zona oeste “cobrando una plata”.
Saucedo usó desde el interior de la comisaría su teléfono celular –que había sido secuestrado por la policía– para hablar con Érica Altamirano, a la que le pidió 50 mil pesos y un falso boleto de compraventa.
El boleto y la plata fueron llevados a las horas por Érica, mamá de los Bay, a la seccional 32ª de barrio Godoy. El documento decía falsamente que Flavia Bay había comprado el rodado.
El suboficial Axel Teliz, con el papel en mano, llamó al fiscal de Flagrancia en turno y le comunicó que estaba el respaldo de que el vehículo era de una de las personas aprehendidas con el objetivo de que se ordenara su liberación junto a la de su novio. Sin embargo, el funcionario judicial ordenó que quedaran detenidos. Por ese episodio Téliz fue condenado a tres años de prisión en un acuerdo abreviado.
“Escuchá, me trajeron acá a la 32. Dicen que el auto tiene un pedido de captura, qué sé yo. Nos piden 50 así nos largan”, dijo Saucedo a Altamirano, mientras debía encontrarse incomunicado.
“La inclusión de este documento en las actuaciones –un boleto de compraventa automotor firmado por el supuesto vendedor– simulando que había sido secuestrado en el marco de aquel procedimiento del CRE tenía por objetivo inducir a errar al fiscal de turno al momento de la consulta para que el mismo disponga la libertad de los aprehendidos”, dijo el fiscal Socca.