El terrorista uzbeko que en octubre de 2017 fue autor de un atentado en Manhattan en el que murieron cinco rosarinos que habían viajado para celebrar un aniversario de sus egresos del Instituto Politécnico de Rosario, quedó “al borde de la pena de muerte”, según indicaron fuentes judiciales de los Estados Unidos. En total fueron 8 las víctimas fatales.
De acuerdo a las mismas fuentes, los fiscales del caso podrán mostrar a los jurados el contenido de las conversaciones de dos teléfonos encontrados en el camión que Saipov utilizó para atropellar y matar en un carril para bicicletas de la ciudad de Nueva York.
El juez Vernon Broderick rechazó la petición de los abogados de Saipov que pretendían que se desecharan esas pruebas por "irrelevantes y no asociadas al caso".
Según el FBI, los teléfonos celulares del terrorista contienen pruebas de que vio y almacenó miles de imágenes de propaganda del Estado Islámico (ISIS), incluidas las llamadas a usar automóviles y camiones como armas en ataques en todo el mundo.
En su fallo, Broderick dijo que uno de los teléfonos estaba sonando cuando los agentes abrieron las puertas del camión después de reducir a Saipov y que esa llamada podía ser de un cómplice.
El 31 de octubre de 2017, Ariel Ergil, Hernán Ferruchi, Alejandro Pagnucco, Hernán Mendoza y Diego Angelini, todos egresados del Politécnico, andaban en bicicleta por el sur de Manhattan cuando un hombre los arrolló con su camioneta. Habían viajado a Estados Unidos para celebrar los 30 años de graduados, junto a otros tres amigos, y encontrarse con otro compañero que vive hace años en Boston.
En el ataque extremista murieron 8 personas y 12 resultaron heridas. De los 10 amigos que viajaron, cinco murieron. Ente los sobrevivientes, sólo uno tuvo que ser hospitalizado, Martín Marro.
El autor del atentado fue detenido y lo identificaron como Sayfullo Habibullaevic Saipov, un ciudadano uzbeko de 29 años residente en Tampa, Florida, quien habría llegado a Estados Unidos en 2010. Aseguró haber matado en “nombre de Alá”. La fiscalía de Manhattan pidió la pena de muerte en el caso, condena que podría concretarse próximamente.