El argentino Gustavo Juliá, un nombre asociado a las grandes ligas del narcotráfico, volvió a ser detenido por estar investigado en el expediente federal que indaga sobre el secuestro extorsivo (y posible asesinato) del oscuro empresario portuario Gastón Tallone, de quien se desconoce el paradero. El caso involucra al líder de la narcobanda Los Monos, Ariel “Guille” Cantero, y recientemente también a dos barrabravas de Newell’s: Alejandro “Rengo” Ficcadenti y Sergio “Bebe” Di Vanni, quienes este año ya fueron detenidos por una serie de amenazas a la familia del futbolista Ángel Di María.
Juliá, quien ya purgó una condena de 13 años por intentar introducir una tonelada de cocaína a España en un jet privado –el célebre “narcojet” de 2011–, fue detenido en la localidad de Martínez el domingo pasado, por la División Antisecuestros de la Policía Federal. El arresto se mantuvo en secreto durante varios días y ahora el hombre se encuentra a disposición del fiscal federal Carlos Stornelli, a quien la Justicia le derivó la causa. El hijo del fallecido brigadier José Juliá, jefe del Estado Mayor Conjunto durante el gobierno de Carlos Menem, era una de las piezas clave que faltaba en un complejo rompecabezas que involucra tanto a actores de la criminalidad local como a personajes del narcotráfico internacional.
Según el expediente que instruyó la fiscal de Entre Ríos, Josefina Minatta, Tallone fue secuestrado en el barrio porteño del Abasto el 8 de julio pasado como venganza por la desaparición de un cargamento de cocaína y 800 mil dólares del Puerto de Concepción del Uruguay. Tallone ya era investigado por lavado de activos y hasta hoy se desconoce su paradero, a pesar de que su familia pagó un rescate de entre 50 mil y 100 mil dólares.
En la causa ya hay dos detenidos que fueron procesados por el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay. Uno es el abogado José Alberto Tomás Uriburu, quien cobró notoriedad mediática durante la cuarentena, en medio de la pandemia, por haber corrido una maratón de 42 kilómetros en su departamento. El otro es Juan Carlos Miró, allegado de Tallone.
Uriburu tenía intereses en el puerto y operaba Terminal Puerto Concepción del Uruguay (TPCU), que posee su depósito fiscal. En su procesamiento, el juez entrerriano Pablo Seró fue claro: “Los testigos señalan al abogado como la persona que podría atentar contra Tallone. Ambos mantenían una fuerte disputa económica, en la que el abogado imputado le reclamaba la sustracción de drogas y 800 mil dólares. Ambos tenían vinculación con el puerto de Concepción del Uruguay, donde surgió este enfrentamiento”.
Para llevar a cabo la emboscada, se sospecha que Miró convocó a la víctima a un lugar para que allí fuera privada de libertad. Los agresores, según la reconstrucción de la fiscalía, habrían sido dos personas que viajaron desde Rosario en un auto Volkswagen Gol. Los investigadores señalaron a Uriburu como la persona que supervisó toda la operación desde un automóvil, a pocos metros.
La participación de Juliá que motivó su detención en este caso es que él es dueño de uno de los autos utilizados para el secuestro, el Gol Trend en el que Tallone se subió frente a un hotel del Abasto porteño. Existen teorías que sugieren que Juliá pudo haber sido el ideólogo del delito. Lo que sí está confirmado es que el Telepase para el peaje de ambos automóviles estaba asociado a las cuentas de Juliá.
Según el expediente, el hijo de Tallone recibió un mensaje que no dejó dudas sobre el móvil del secuestro: “Buenas noches, cumpa, la cosa es corta. El ladrón está acá con nosotros y está bien. O devuelven la droga y los 500 mil dólares que se robó, y todo se termina y él vuelve. Le robó a todos los narcos y ahora toca pagar. Si baten la cana, bajamos y vamos por todos ustedes y sus ayudantes. Con la mafia no se jode”.
Días atrás, se conoció que “Rengo” Ficcadenti y su ladero “Bebe” Di Vanni están bajo sospecha de haber aportado la mano de obra para el trabajo de “chupar” a Tallone. Todo surgió del celular de Ficcadenti, incautado en agosto pasado en el marco de su detención por las amenazas contra la familia Di María. Increíblemente, este barra –que tenía aspiraciones de conducir el paravaalanchas de Newell’s– no había descartado su teléfono, ni borrado la información comprometedora.
¿De dónde surge la posible participación de “Guille” Cantero en esta pesada trama narco, en la que aún abundan las preguntas sin respuesta? Según el portal Encripdata, Uriburu se reunió 17 veces con el líder de Los Monos en el penal de Marcos Paz. Las visitas empezaron en 2023 y continuaron este año, cuando ya estaba vigente el Sistema Integral de Gestión para Personas Privadas de la Libertad de Alto Riesgo en el Servicio Penitenciario Federal (SPF), que, entre otras medidas, redujo al máximo las visitas. Sin embargo, Uriburu se las ingenió y se hizo pasar por abogado de Cantero, cuando en realidad buscaba zanjar el entuerto por la desaparición de la droga en el puerto. En esa encrucijada, habría optado por entregar a Tallone.