Catorce personas, entre ellas una policía, finalmente quedaron detenidas este miércoles en 27 allanamientos hechos en Rosario, San Lorenzo, Villa Gobernador Gálvez, Puerto San Martín y Puerto Gaboto por una investigación contra una presunta banda dedicada a hacer asaltos tipo golpe comando en la región. Serán llevadas a audiencia imputativa el próximo miércoles en el Centro de Justicia Penal por la fiscal Juliana González. Al momento de los procedimientos se secuestraron 400 mil pesos y siete armas de fuego, entre ellas, una ametralladora Kalashnikov fabricada en Alemania.
De acuerdo a detalles de la investigación, la organización protagonizó siete robos de ese tipo entre febrero del año pasado y el 16 de marzo pasado. Se presume que se alzaron en esos hechos con más de 10 millones de pesos y unos 50 mil dólares. Entre los asaltos se encuentran los cometidos a un supermercado, una empresa maderera, una hormigonera, una arenera, una firma de repuestos automotores y La Virginia.
La causa de la fiscal González contó con el apoyo del departamento de Delitos Fiscales de la Policía Federal de la Ciudad de Buenos Aires, cuyas tareas permitieron avanzar con la identificación de los presuntos miembros.
Leandro C., sindicado como líder de la estructura, fue arrestado en Puerto Gaboto. En tanto, una policía que trabajaba en la sede de la Fiscalía de Villa Gobernador Gálvez –identificada como Mariana Lorena C.– quedó detenida bajo la sospecha de ser quien avisaba a otros miembros de la banda cuando notaba que había agentes encubiertos haciendo tareas cerca de sus domicilios, y los instaba a descartar sus teléfonos, según los indicios que tiene Fiscalía.
Según los primeros datos que trascendieron del expediente, la banda tenía una particularidad: atacaban lugares con alto flujo de dinero en efectivo y al momento de perpetrar los robos cortaban los circuitos de las cámaras de vigilancia para no quedar filmadas.
Fue compleja la causa para la fiscal González, ya que la mecánica en todos los casos fue calcada: compraban autos usados, los usaban para hacer los golpes comando y luego los prendían fuego. También cambiaban sus teléfonos ni bien terminaban de hacer cada hecho.
Por ese motivo, fue clave la participación de la Policía Federal para hilar los asaltos, identificar a los sospechosos y proceder a hacer inteligencia para detenerlos.
En los operativos también fueron secuestrados un drone –que podría haber sido usado para tareas de inteligencia–, un inhibidor de señal, una máquina de contar billetes, una amoladora, un cortacadenas, 40 precintos, equipos de handies, pasamontañas y chapas patentes.