Mauro Javier Gerez, detenido el jueves de la semana pasada en la casa de su novia de barrio Azcuénaga, fue imputado este jueves como el presunto "jefe de sicarios" de una organización que opera para Los Monos en Ludueña y Empalme Graneros. Está sospechado de haber participado en 40 extorsiones y balaceras, según afirmó el fiscal de la causa, Pablo Socca. Además, añadió que participaba en ataques a tiros, los instigaba y sugirió que, de acuerdo a testimonios, habría reclutado "soldaditos" en el Club Padre Edgardo Montaldo.
La audiencia comenzó a las 9 de este jueves en el Centro de Justicia Penal, donde Socca sentó a nueve personas como presuntas integrantes de una misma estructura criminal que vendería droga y disputaría el territorio con la banda de "Fran" Riquelme, que está vinculado a Esteban Alvarado, según investigadores judiciales y policiales.
Lo curioso de la imputación fue que dos presos de bajo perfil de la cárcel de Piñero resultaron ser, para el fiscal, los jefes de la banda que integra Gerez. Se trata de Andrés Benítez y Julián Aguirre, quienes están detenidos por los delitos de robo, robo calificado y portación de arma de fuego.
Un escalón más abajo fue ubicado Mauro Gerez, de 28 años. Según el fiscal Socca “es el jefe de los sicarios de la organización y uno de los integrantes más importantes dentro de la estructura criminal, donde también se encarga de reclutar soldaditos y dar órdenes”. Y agregó que en algunas oportunidades también se encargó de gatillar contra personas o casas.
Dentro de la investigación figura una fuerte declaración de un testigo de identidad reservada de abril pasado que fue víctima de una usurpación a manos de la presunta asociación ilícita. Esa persona aseveró que Gerez buscaba como “mano de obra” a adolescentes que jugaban al fútbol en el barrio, en el Club Padre Edgardo Montaldo, nombre de un sacerdote que murió y contenía justamente a los chicos que atravesaban una situación económica vulnerable.
“Jugaba en un equipo y empezó a ofrecer botines, guantes. Es la forma que tiene de convencer a los pibitos. Les regala zapatillas, cosas, para que después terminen «soldadeando» para él. Tiene más de quince pibitos que tiran tiros para él”.
El fiscal Socca remarcó en su alocución de este jueves que Gerez ya cometió un crimen. Fue el 6 de diciembre de 2013, cuando era adolescente. Sin embargo, en 2019 una resolución judicial determinó que era innecesaria la aplicación de la pena.
Un hermano de Mauro fue asesinado en la Navidad de 2018. Fue en una casilla de chapas situada en Tupac Amaru y Teniente Agneta, en barrio Ludueña, donde Jonatan Ezequiel Gerez recibió varios disparos. La investigación se enmarcó en una disputa para la venta de drogas y en marzo pasado hubo cuatro personas condenadas a penas de entre siete y trece años de cárcel.