La causa por las estafas llevadas adelante en las agencias de autos ubicadas en Independencia al 3200, Pellegrini al 3100 y al 4800, tuvo un importante avance este viernes. El fiscal Fernando Dalmau imputó a Alexis Leonel Guarda (37 años), quien se sospecha que es el líder de la presunta asociación ilícita que acumula más de 50 denuncias.

Guarda, que se hacía llamar “Rodrigo Dipp” o “Rodrigo Dipropio”, fue señalado por el fiscal como el jefe de la organización que en Rosario dejó al menos 58 damnificados, en un fraude que promete más capítulos. El juez Alejandro Negroni le dio prisión preventiva efectiva hasta la realización de la audiencia preliminar y además dictó la inhibición de sus bienes.

En la investigación ya fueron imputados Andrés Javier Alarcón, Camila Giselle Mendoza, Roberto Pereyra, Walter Ríos, Nelson Ugolini, Maximiliano Hernán Alarcón, Leandro Jaquet, Camila Antonela Davila, Diego Alberto Gordillo y Fernando Ortellado Rodríguez. 

De las personas acusadas, algunas pertenecen a la agencia de autos de Pellegrini y Francia, donde el caso cobró notoriedad mediática luego de una manifestación de damnificados en la puerta del local. Otros son de la agencia de Pasaje Independencia al 3200 y otros de Pellegrini al 4800 que, según clientes que hicieron la denuncia, estaban “conectadas entre sí” a la hora de llevar adelante algunas operaciones de compraventa.

Pellegrini al 3100, donde estaba uno de los locales. (Foto: Alan Monzón/Rosario3)

De acuerdo a la causa, Guarda y los coimputados “montaron locales como agencias de autos” y constituyeron dos cooperativas. “También contaban con oficinas en el micro y macrocentro de Rosario, como eran las de calle Corrientes al 600, Paraguay al 1700, Rodríguez al 1100, donde las víctimas eran mandadas a realizar distintos tipos de maniobras –suscripción de documentos– que concluyeron con desapoderamiento de sus vehículos y de una suma importante de dinero, o de ambos”, afirmó el funcionario del MPA, que agregó: “También contaban con gestores para los trámites administrativos en los registros de propiedad automotor y para realizar la transferencia del rodado”.

El fiscal señaló que algunos de los imputados se comunicaban por redes sociales con personas que habían puesto su vehículo a la venta con la finalidad de mostrarles interés. Luego les pedían que se acercaran a algunos de los locales “montados” y los inducían a suscribir contratos de consignación. “Solicitaban la entrega del rodado con su documentación y fotocopia del DNI, suscripción del formulario 08, y en ocasiones les entregaban a la víctima sumas de dinero a cuenta de una futura venta pactada en pesos”, contó al tiempo que añadió: “En ocasiones, retiraban el rodado y al utilizarlo infringían normas de tránsito, conducían en estado de ebriedad, lo que hacía que les remitieran el vehículo al corralón, generando una importante deuda de dinero por la multa en cabeza de la víctima”. 

“En otros casos, los clientes compraban en la agencia un rodado usado, suscribiendo un contrato de compraventa automotor, en el que se establecía el rodado y la forma de pago, en la que entregaban una suma de dinero a cuenta en efectivo por la adquisición del rodado y el plan de pago, desapoderándolos de la suma de dinero entregada o transferida, muchas veces a cuentas de terceras personas, siendo que posteriormente no cumplían con lo pactado y con la entrega del rodado, generándole a la víctima importantes perjuicios económicos”, indicó.

El fiscal subrayó que en otros casos, los clientes daban sus vehículos y suscribían un contrato de compraventa de automotor en el que se detallaba la forma de pago, el rodado que entregaba, una suma de dinero en un crédito prendario, y un monto restante que se entregaba por transferencia bancaria, pero después no recibían ni el auto ni la plata

El presunto jefe de la organización viene de ser acusado hace dos semanas por una ingeniería delictiva similar, pero ejecutada en la ciudad de Santa Fe. Según ese expediente, a cargo de las fiscales María Gabriela Arri y María Lucila Nuzzo, esa asociación ilícita tenía una estructura piramidal y montó locales como agencias de autos –principalmente, la tristemente célebre Vendo tu auto– que eran utilizadas como fachada, en las que las víctimas entregan los vehículos, el dinero y la documentación. Luego, el personal de esos lugres disponía de los vehículos para fines no aprobados por sus dueños y se apropiaban de lo obtenido.