El gobierno nacional salió fortalecido de las primeras elecciones legislativas desde que llegó a la Casa Rosada con notable cosecha de bancas gracias a que alrededor del 42% de los electores de todo el país optó por una boleta de Cambiemos.
Incluso provincias en las que el peronismo había ganado en las Paso, en esta oportunidad fueron a parar a manos de Cambiemos. Son los casos de Salta, Buenos Aires, Santa Fe, Chaco, La Rioja y Chubut. En total, cantó victoria en 13 provincias y la Ciudad Autómoma de Buenos Aires.
El presidente Macri fue el gran ganador de la jornada. Ese 42% en una campaña donde la marca Cambiemos lo fue todo, no puede leerse sino como un respaldo a su gobierno, que seguramente intentará capitalizarlo para iniciar o profundizar reformas que le resultaban delicadas sin tener bien calibrado el respaldo popular para avanzar. Si bien en el Congreso de la Nación no tendrá quorum propio, su realidad en ambas cámaras es bastante más aliviada que en los primeros dos años.
La estrategia de polarización otra vez le rindió frutos al oficialismo. En esta oportunidad además de despejar de terceros la pista electoral, le permitió dar vuelta las primarias en Buenos Aires y Santa Fe y ganarle con claridad al kirchnerismo.
El gran perdedor fue todo el abanico peronista. Perdió Cristina Fernández en Buenos Aires, resultado que en la intimidad anhelaba gran parte del PJ no kirchnerista. Apostaban a su desgaste, aunque sea con una derrota ajustada en Buenos Aires, para ganar terreno dentro del peronismo. Sin embargo, la ola amarilla se los llevó puestos a ellos también.
El caso más dramático es Juan Manuel Urtubey. El gobernador salteño, que aspira a la candidatura presidencial 2019, fue lastimado por la caída de su lista de diputados. El cordobés Schiaretti también perdió en su provincia, al igual que la fueguina Roxana Bertone, el rionegrino Wereltinek (levantó su lista tras las primarias).
Salvaron la ropa el gobernador de La Pampa, los Rodríguez Saá (dieron vuelta una elección que parecía imposible), Catamarca, Tucumán, San Juan y Formosa. Ninguna de ellas prohija una figura capaz de proyectarse a nivel nacional en lo inmediato.
El justicialismo mantendrá un número de bancas relevantes en el Congreso, en especial en el Senado, pero su atomización, sumada a la ausencia de un liderazgo que agregue y a las necesidades de gestión de los gobernadores, podrían volverlo presa fácil para los deseos del gobierno.
En ese contexto, es previsible que Unidad Ciudadana encarnará un espacio claramente opositor liderado por Cristina. Perdió, es cierto, pero llega al Senado nacional sentada sobre una torta de 3.350.000 votos. Malheridos todos los jefes peronistas también, le alcanza para jugar el rol que ella misma enunció este domingo a la noche: su pretensión es ser la figura más relevante de la oposición.
El massismo, de paupérrima cosecha electoral, se quedó con escaso juego. Su acercamiento al PJ formal es más una necesidad que una estrategia.
Los sectores del PJ no kirchnerista tienen un enorme problema entre manos. No sólo cuentan la falta de liderazgo y la fractura con el cristinismo. Se avecina una agenda endiablada que el gobierno desea imponer. Esta misma semana pretende reunir a los gobernadores para empezar a discutir coparticipación y reforma tributaria. Llegan a esa mesa de diálogo demasiados debilitados.
Uno de las consecuencias posibles es la multiplicación en la Cámara de Diputados de subloques de extracción peronista con pocos integrantes para negociar directamente con el oficialismo. Esta es una de las alternativas que baraja, por ejemplo, la santafesina Alejandra Rodenas, que no es kirchnerista ni tiene que responder a un gobernador.
El espacio Progresistas, que había sido vaciado por la mudanza de Margarita Stolbizer y Libres del Sur al massismo, tiene en la escasa cosecha del Frente Progresista santafesino su golpe de gracia.
En tanto, los principales dirigentes de los partidos que integran el Frente de Izquierda y los Trabajadores celebraron una elección modesta en el contexto general, pero “histórica” para ellos porque estaban ingresando tres diputados, dos por Buenos Aires (quedaron cuartos) y uno por Jujuy.
Desde este lunes 23 comienza una nueva etapa. Habrá intensan negociaciones, cooptaciones y un reordenamiento general del tablero, donde Cambiemos se instaló como clara primera minoría y con mayor poder de fuego. El resto, ya sea el peronismo o fuerzas alternativas, primero deberán curarse las heridas para luego encontrar su lugar.