Los dos técnicos llegaban a este clásico cuestionados, uno más que otro tal vez, pero ambos con dudas de la gente porque los equipos no estaban a la altura de la historia de las dos instituciones deportivas más importantes de Rosario. El DT canalla en cada partido que disputaba tenía que pasar una prueba, demostrar por qué se lo había elegido en este cargo.
Los cuestionamientos no solo eran puertas afuera; también dentro de la misma comisión directiva se pensaba en un cambio de aire. Al menos una buena parte de los miembros mencionaban que era un ciclo terminado.
El clásico rosarino era el gran desafío que tendrían los conductores, tanto Kily como el Mono, para revertir las pálidas imágenes que mostraban sus equipos en la Copa de La Liga. El ganador se llevaría mucho más que tres unidades, porque una derrota podría comenzar a cuestionar no solo a los responsables tácticos sino también a los dirigentes.
Newells perdió por goleada y dejando una gran preocupación por las decisiones que toman los directivos desde hace tiempo. Desde la llegada del defensor Guanini hasta la elección de Burgos, que todavía no plasmó el pretendido cambio de imagen del equipo. Desde lo táctico, se puede ver un sistema muy defensivo que evidentemente no funciona porque en los últimos tres partidosa la Lepra le anotaron 8 goles: 2 Gimnasia, 3 Libertad y la misma cantidad Rosario Central.
Realmente si como dice Burgos cada encuentro es una final, hasta el momento las perdió a todas. Tal vez muchos podrán señalar con el dedo a Maxi, a Pablo Pérez a Scocco o a Formica, que ya no están en el nivel de antes. La edad pasa sus facturas pero son jugadores que dejaron todo y no los rodearon de refuerzos de jerarquía. Todo eso lleva a pensar que la responsabilidad en realidad está mas arriba.
Por el lado de Central, es muy claro lo que expresa el equipo dentro de la cancha, con un juego que se entiende, se ve la forma de moverse del once, con el objetivo inmediato de ir siempre para adelante. Y el carácter ofensivo de Central no se traduce siempre en buen juego. Y en los últimos tres cotejos viene en alza porque comenzó a mostrar un cambio de actitud en los intérpretes y eso se nota en los resultados. Mas allá de la derrota con Estudiantes, se recuperó y jugó su mejor partido con San Lorenzo en la Copa Sudamericana y se superó en el clásico frente a su rival histórico.
Había que dejarlo trabajar al Kily. En realidad, tiene que seguir haciéndolo porque no ganó nada todavía, aunque va por un buen camino y eso es lo importante. No solo mejoró lo futbolístico; también impulsó a muchos juveniles que forman parte del proceso.
Tiene a un Emiliano Vecchio que es el corazón y la usina generadora de fútbol y cuando se junta con Zabala y Gamba se pone en marcha un triángulo que tiene en el área a un hombre goleador como Marco Ruben, que en este tipo de encuentros se activa y marca diferencia. En estos nombres se apoyó el sistema de Central y allí estuvo la clave para este gran triunfo. El auriazul fue el ganador inobjetable de este partido y se llevó tres puntos de oro y la posibilidad todavía latente de clasificar a la próxima instancia. En cambio Newells no solo se llevó una tremenda y dura derrota sino también comenzará un duro cuestionamiento por el camino elegido.
Germán Burgos tendrá que modificar su esquema porque quedó demostrado que no funciona y Cristian González deberá ratificar su idea en la próxima jornada y esperar que los resultados se le den para poder acceder al próximo nivel. En el mientras tanto, el conductor de Arroyito ya se recibió de técnico.