“Hay que respetar al contrario y cuando tu metes un gol al contrario, si quieres bailar samba te vas al sambódromo en Brasil, aquí lo que tienes que hacer es respetar a tus compañeros de profesión y dejar de hacer el mono”.

Fue en la previa del clásico de Madrid hace casi un año en un canal de televisión y si bien “hacer el mono” puede querer decir, dependiendo del lugar, “hacer tonterías, gracias”, la frase llevó al propietario a pedir disculpas públicas por su desafortunada referencia a Vinicius Jr, uno de los futbolistas más importantes del mundo que es sometido a la discriminación partido tras partido.

El dueño de semejante comparación fue justamente el presidente de la Asociación Española de Agentes de Futbolistas y en ese momento hasta recibió la respuesta de Pelé.

“El fútbol es alegría. Un baile. Una verdadera fiesta. A pesar de que el racismo todavía existe, no permitiremos que eso nos impida continuar sonriendo. Continuaremos combatiendo el racismo de esta forma: luchando por nuestro derecho de ser felices”, reflexionó O Rey.

La discriminación en el fútbol está cada vez más exacerbada y no tiene miras de mejorar.

Newell’s fue sancionado con 100.000 dólares por la Conmebol por gestos racistas en el partido jugado en Brasil frente a Santos.

River tuvo una sanción similar y en los octavos de final de la Libertadores no podrá utilizar la mitad de la tribuna Centenario alta. Allí deberá exhibirse una bandera contra el racismo de grandes dimensiones. La proveerá la Confederación.

Boca también fue sancionado. Los hinchas argentinos, algunos por supuesto, los menos por suerte, les hacen movimientos de monos a los brasileños y los burlan comiendo bananas.

Foto: EFE

Una actitud intolerable que debe arrancarse de cuajo. ¿Por qué será que sucede en el fútbol mayoritariamente y muy poco en otros deportes? ¿Otra vez la pasión tendrá la culpa? No hay excusas, no debe permitirse. Y las sanciones deben ser más duras, que duelan deportivamente. Lamentablemente es el único escarmiento que funciona.

Alejandro Domínguez, el titular de la Conmebol, incluyó en su discurso durante los sorteos de octavos de la Sudamericana y la Libertadores, el flagelo del racismo.

“El fútbol no es violencia. En el fútbol no se acepta el racismo. No hay lugar para esa gente, ni en los estadios ni en el campo de juego. Conmebol no quiere ni está para sancionar, pero este es un trabajo que nos toca a todos. A ustedes, al público, a los organizadores, pero también a todos los protagonistas del campo de juego. Demostremos de una vez por todas que somos los mejores dentro y fuera del campo de juego, sin violencia y sin racismo”, señaló.

Parece haber habido un antes y un después del terrible momento vivido por Vinicius en Mestalla, la cancha de Valencia, en el partido con Real Madrid en el cierre de la última temporada.

¿Por qué será que sucede en el fútbol mayoritariamente y muy poco en otros deportes? ¿Otra vez la pasión tendrá la culpa? No hay excusas, no debe permitirse

“No era la primera vez, ni la segunda, ni la tercera. El racismo es normal en La Liga. La competición cree que es normal, la Federación también y los adversarios la alientan. Lo siento. El campeonato que alguna vez fue de Ronaldinho, Ronaldo, Cristiano y Messi, hoy es de los racistas. Una hermosa Nación, que me acogió y a la que amo, pero que accedió a exportar al mundo la imagen de un país racista. Lo siento por los españoles que no están de acuerdo, pero hoy, en Brasil, España es conocida como un país de racistas. Y desafortunadamente, para todo lo que sucede cada semana, no tengo defensa. Estoy de acuerdo. Pero soy fuerte y llegaré hasta el final contra los racistas. Aunque sea lejos de aquí”, escribió Vinicius en redes sociales.

Lo insólito fue la respuesta de Javier Tebas, el presidente de la Liga.

“Ya que los que deberían no te explican qué es y qué puede hacer La Liga en los casos de racismo, hemos intentado explicártelo nosotros, pero no te has presentado a ninguna de las dos fechas acordadas que tú mismo solicitaste. Antes de criticar e injuriar a La Liga, es necesario que te informes adecuadamente. No te dejes manipular y asegúrate de entender bien las competencias de cada uno y el trabajo que venimos haciendo juntos”.

Cero empatía y pocas ganas de que la discriminación termine de parte de Tebas. Insólito y repudiable.

Lo que no hizo Tebas, lo llevó a cabo el ministerio del Interior de España, que informó que podrán suspenderse o cancelarse a partir de ahora partidos en los que haya actos de racismo y discriminatorios.

Es una buena opción que otros países deberían imitar siempre y cuando las reglas se apliquen.

“La entonación de cánticos, sonidos o consignas y la exhibición de pancartas, banderas, símbolos u otras señales que contengan mensajes vejatorios o intimidatorios”, enumera la nota del ministerio español.

Con algunos agregados, el mundo debería tomar la decisión de desterrar la discriminación de la faz de la tierra.

“No al racismo”, pero de verdad. Con sanciones drásticas, con la aplicación de la ley en su máxima expresión, con legislación nueva, pero fundamentalmente con penas deportivas. Son las que más duelen y mejor funcionan.