Mito: historia fabulosa de tradición oral que explica, por medio de la narración, las acciones de seres que encarnan de forma simbólica fuerzas de la naturaleza, aspectos de la condición humana, etcétera. Se aplica especialmente a la que narra las acciones de los dioses o héroes de la antigüedad... Historia imaginaria que altera las verdaderas cualidades de una persona o de una cosa y les da más valor del que tienen en realidad.
Leyenda: narración popular que cuenta un hecho real o fabuloso adornado con elementos fantásticos o maravillosos del folclore, que en su origen se transmite de forma oral.
Ni el mito ni la leyenda abarcan del todo al Trinche Carlovich. No fue una historia fabulosa, ni estuvo adornada con elementos fantásticos. Fue una historia real enriquecida con un talento incomparable.
En los tiempos de la hiperconectividad todo el mundo futbolero conoce y conoció las bondades de un futbolista fundacional de la ciudad de Rosario, dueña de una cantera que alguna vez un periodista calificó como “fábrica sin chimeneas” por su súper producción de promesas del balompié
Murió de manera infame el Trinche Carlovich. En otros tiempos su velatorio sería multitudinario. No habría sala velatoria tan amplia para albergar a tanta gente. Quizás el Gabino hubiera sido una buena opción, pero ni siquiera eso, ni una despedida.
“Vos fuiste mejor que yo”. Quizás ese fue el último y más importante regalo que recibió en su vida. Maradona, que lo adoraba, se lo dijo cuando llegó a Rosario con Gimnasia para enfrentar a Newell’s.
Tomás, Daniel Killer y algunos otros buenos amigos fueron hasta el hotel donde se alojaban los platenses y Diego le obsequió el trofeo más preciado.
El miércoles fue empujado de su bicicleta nueva, la que le había obsequiado la familia del Tate Lescano hace unos meses, y el golpe contra el piso terminó hoy con su vida. Tenía auto el Trinche, pero a él le gustaba andar en bicicleta.
En el Heca, una especie de santuario organizado apenas conocida la noticia, Eduardo Quinto Pagés, arquero de mil batallas charrúas y compañero del Trinche, dio en la tecla.
“No es rico el que más tiene, sino el que menos necesita”, dijo para definirlo.
Y él quería vivir en su ciudad y recorrerla en bici. Nunca quiso irse, jamás, despreció la fama, no negoció ni en un minuto de su vida la reunión con amigos. Cuando se fue a jugar a otro lado al tiempo se volvió casi sin avisar.
Dueño de un talento impresionante, muy difícil de comparar con futbolistas de estos tiempos, de manera infame se terminó la vida del Trinche Carlovich. A su recuerdo eterno nadie lo hará desaparecer.
Ni mito, ni leyenda, el Trinche.