Es histórico. Franco Colapinto llegó octavo en el Gran Premio de Azerbaiyán, disputado este domingo, en el circuito de Bakú, y sumó sus primeros cuatro puntos en la máxima categoría del automovilismo.

El piloto argentino igualó la mejor actuación de su compatriota Esteban Tuero, en 1998, en el Gran Premio de San Marino (vale aclarar que, en ese momento, el octavo no recibía puntos) y se convirtió en el primer argentino en más de 40 años en sumar unidades. El último había sido Carlos Reutemann, en 1982.  De este modo, el piloto nacido en Pilar coronó otro gran fin de semana, luego de su debut en Monza, y sigue destacándose por sus cualidades a bordo del Williams.

La expectativa estaba puesta en cómo se desempeñaría Franco en el circuito callejero de Bakú donde se le exige más al piloto y en el que la gestión de las gomas es clave para el rendimiento del auto. 

Colapinto largó octavo, después de una gran clasificación que lo ubicó incluso por delante de su compañero de equipo, Alex Albon. Atrás había quedado el golpe en las pruebas del último viernes que suscitaron interrogantes respecto al posible desempeño del argentino en la capital de Azerbaiyán.

La largada fue impecable, sobre todo, porque se trata de una competencia “callejera” que, a mitad de la grilla, suele ser problemática por las dimensiones del circuito. Aún así, logró fortalecer su lugar y llevó ritmo para establecerse en la primera parte de la carrera.

En la vuelta once, el equipo lo llamó a cambiar los neumáticos. Al parecer, la estrategia era montar gomas medias en el Williams para luego cambiarlas por las duras, que son más resistentes al desgaste, y solamente realizar una parada.  Claro está, todo dependería del manejo del argentino para gestionar esa dificultad y de que no pierda ritmo de carrera, algo que el propio Colapinto había reconocido como dificultad.

Si bien Franco mantuvo un buen ritmo, superadas las 30 vueltas, sí comenzó a sufrir con los neumáticos. Aún así, continuó hasta el final.

Faltando diez vueltas, sufrió los embates de Oliver Bearman, viejo conocido de la Fórmula 2, a bordo del Haas, y del múltiple campeón Lewis Hamilton, pero Franco resistió con solvencia. consolidándose en el puesto once.

Cuando parecía que la carrera le deparaba ese lugar, faltando dos vueltas, aprovechó la caída de ritmo de Nico Hülkenberg para sobrepasarlo. En paralelo, sacó provecho del toque en pista de Checo Pérez y Carlos Saiz, quienes venían 3º y 4º, respectivamente.

La bandera a cuadros lo recibió en el octavo lugar, detrás de su compañero de equipo.  Oscar Piastri fue e. ganador del GP de Azerbaiyán, seguido por Charles Leclerc (Ferrari) y George Russell (Mercedes).

La felicidad no es poca: un argentino vuelve a demostrar que está a la altura de la exigencia de la Fórmula 1, una categoría que, pese al anhelo. se le negó a la bandera nacional en los últimos años por razones económicas.

Que quede claro: lo que sobra en el país es talento y lo que falta es presupuesto. Colapinto es la prueba. Al joven piloto le bastaron solo dos carreras para sumar puntos y llevarse las miradas de los equipos que aún no cerraron butacas para el 2025. Audi¿ quizas?