En los últimos años, los sucesos ambientales tomaron protagonismo en los medios masivos de comunicación, convirtiéndose, en reiteradas oportunidades, en la nota periodística central. Pero generalmente, esa atención es captada desde una mirada adversa, es decir, contando una mala noticia.
Los incendios en nuestras islas, la sequía de las lagunas y la bajante extraordinaria del río Paraná son algunos ejemplos claros. Ejemplos claros de sucesos ambientales de alta cobertura periodística y ejemplos claros de los impactos del cambio climático que afecta al mundo entero. Para cada uno de los casos que atraviesan de manera directa nuestros humedales y nuestros ecosistemas, social (y mediáticamente) se exigen respuestas inmediatas que pocas veces tienen una solución factible a corto plazo.
Desde el inicio de la gestión de Omar Perotti nos planteamos el desafío de avanzar en el desarrollo sostenible de los territorios, a través de políticas integrales hacia el futuro y diseñando soluciones basadas en la naturaleza. Y eso implica incorporar la mirada y los saberes de quienes habitan el lugar, las costumbres, la cultura, las actividades productivas y la característica del ecosistema en la región, siempre con una mirada de largo plazo.
Por eso, decidimos avanzar en diferentes procesos para potenciar el cuidado de nuestra biodiversidad que puedan dejar un camino marcado, obras y proyectos que quizás no se materialicen en nuestra gestión, pero que entendimos que era nuestra responsabilidad iniciarlos. El desarrollo del Inventario Provincial de Humedales, la ampliación del Parque Nacional Islas de Santa Fe al doble de su superficie actual, el proyecto para la creación de un Área de Manejo Integral en Jaaukanigás (próximo a presentarse en la Legislatura provincial), la propuesta de una reserva provincial de más de 300 mil hectáreas en los Bajos Submeridionales, y la puesta en valor de nuestras áreas protegidas, son algunas de esas acciones que vinieron a trazar un rumbo. Y que son buenas noticias.
Como lo son también la construcción de acueductos y gasoductos, y la inversión provincial permanente en infraestructura en cada una de las localidades de la provincia para posibilitar el arraigo y el desarrollo sostenible de nuestra gente, pero también para reducir la vulnerabilidad social frente al cambio climático, en un contexto geográfico y político que nos encuentra en el sur global.
Por eso nos gusta hablar de un esquema integral de largo plazo, porque estamos sentando las bases de políticas públicas que nos permitan potenciar el cuidado de nuestros ecosistemas, con normativas específicas para facilitar el ordenamiento de los procesos. Y lo estamos haciendo con la gente adentro, sumando a los actores del territorio en cada proyecto, recopilando miradas, saberes y perspectivas.
Hoy el ambiente nos atraviesa aspectos cotidianos de nuestras vidas. Y si bien quienes vivimos en la provincia de Santa Fe no somos los responsables directos de la crisis climática, como sociedad tenemos también que hacernos cargo. Y por qué no, entender este presente como una oportunidad, para dejar atrás falsas dicotomías y avanzar, en un contexto de fragmentación social, hacia el cuidado de nuestra Casa Común. Nuestro único futuro posible.