El largometraje Zama, de la directora argentina Lucrecia Martel, se llevó el último sábado el Gran Premio de la XXX edición del festival Cinelatino de Toulouse –sur de Francia–, que comenzó el 16 de marzo. El jurado también concedió una mención especial a El Silencio del Viento, del puertorriqueño Álvaro Aponte-Centeno.
La película de Martel –que ya había sido galardonada en Toulouse por su primer largometraje, La Ciénaga– es una adaptación de la novela homónima de Antonio di Benedetto sobre Diego de Zama, un oscuro magistrado de la Corona española durante el periodo colonial en América en el siglo XVIII.
El Silencio del Viento, por su parte, cuenta la historia de dos hermanos, Rafito y Kairana, que a cambio de remuneración ayudan a inmigrantes a entrar de forma clandestina en Puerto Rico desde la República Dominicana.
El Premio del Público fue "ex aequo" para Candelaria, del colombiano Jhonny Hendrix Hinestroza, y para Sergio & Serguéi, el cuarto largometraje del cubano Ernesto Daranas Serrano.
El colombiano relata las dificultades del día a día de una pareja de ancianos negros que tratan de salir adelante en La Habana de los años 1990. Candelaria canta en un bar y Víctor se dedica a tráficos varios.
En un contexto similar, Daranas Serrano ofrece en su cinta una carga de humor y de crítica sobre la situación en su país en 1991 tras la descomposición de la Unión Soviética a través de dos personajes que traban una peculiar amistad a través de la radio: Sergio, un profesor de Marxismo; y Serguéi, el último astronauta soviético, abandonado a su suerte en el espacio.
El Premio de la Prensa fue para Temporada de caza, el primer largometraje de la argentina Natalia Garagiola sobre un adolescente que al morir su madre, debe dejar Buenos Aires e irse a vivir en contra de su voluntad con su padre biológico -al que no había visto desde hacía una decena de años- a un pequeño pueblo en la Patagonia.
En la categoría de documentales fue galardonado A morir en los desiertos, una producción mexicana de Marta Ferrer Carné, con una mención especial para Robar a Rodin, una coproducción de Chile y Francia a cargo de Cristóbal Valenzuela Berríos.
En cuanto a los cortometrajes, acabaron en cabeza Lo que no se dice bajo el sol, del mexicano Eduardo Esquivel, e igualmente con una mención especial Damiana, del colombiano Andrés Ramírez Pulido.