El día llegó y hoy la jueza Brenda Penny determinará si por fin la cantante es libre como cualquier persona adulta que no cometió ningún delito, y puede hacer uso de su cuenta corriente, conducir su auto o salir con alguien sin pedirle permiso a nadie.
Las últimas novedades fueron favorables para la princesa del pop. En septiembre, después de 13 años, bajo la custodia de su propio padre, la Corte Superior de Los Ángeles dictaminó que quedaba libre del yugo abusivo y humillante de su progenitor. Hasta este 12 de noviembre un funcionario se encargó de ser su tutor legal.
La creadora de 'Piece of Me', tiene 39 años, y le rogó al tribunal que ponga fin a la tutela que ha regido su vida personal y su patrimonio de 60 millones de dólares desde el 2008. Este arreglo fue organizado y supervisado por el padre de la cantante después de que ella sufriera una fuerte crisis y tuviera que someterse a tratamientos por supuestos problemas de salud mental.
Fue Britney quien entre lágrimas reveló el calvario de su vida. A través de un video publicado en junio, la cantante detalló que su padre la obligó a colocarse un DIU para que no tenga más hijos, colocó cámaras en la habitación de la estrella del pop e incluso pinchó su línea telefónica para escuchar sus conversaciones.
La cantante de 'Baby, one more time' recibió una oleada de apoyo público -sobre todo del movimiento #FreeBritney- y logró contratar a un nuevo abogado - Mathew Rosengart, que llevó casos de celebridades como Sean Penn o Steven Spielberg-, y quien está haciendo todo lo legalmente posible para poner fin a las restricciones.
Está previsto que la jueza Penny considere la solicitud de la cantante y, posiblemente, se pronuncie sobre el asunto en una audiencia pública este viernes. Ninguno de los involucrados en la tutela se opone a la solicitud.
Durante esta semana Britney manifestó en sus redes las emociones que la están atravesando: "¡Esta semana va a ser muy interesante para mí. ¡No he rezado por algo tanto en mi vida!". Una cuestión clave esta vez será saber si la jueza podrá requerir a Spears que se someta a una nueva evaluación de salud mental, un paso que a menudo se toma antes de poner fin a una tutela.
Sobre este asunto, en junio, Spears le comentó al tribunal que había quedado traumatizada y que deseaba volver a su vida lo antes posible. Explicó que la habían obligado a trabajar y a tomar medicamentos en contra de su voluntad, y que se le impidió casarse o incluso arreglarse el pelo y las uñas.
Por otro lado, su padre, Jamie Spears, expresó a través de sus abogados que trató de ayudar y rehabilitar la carrera de su hija, y que siempre actuó por su interés.
En un movimiento inesperado a principios de septiembre, el padre cambió su postura sobre la tutela y dijo que apoyaba que se acabase.
El interés sobre este caso fue propulsado el año pasado por varios documentales sobre la cantante y por el movimiento #FreeBritney de fans que cuestionaban el hecho de que la cantante tuviera tantas restricciones como un menor pero sí pudiera trabajar y ganar miles de millones.
Los fanáticos, se reunieron a las afueras del juzgado con pancartas y letreros durante las audiencias y al parecer lo volverán a hacer este viernes por la noche para apoyar a su ídola y esperar juntos el resultado de un fallo histórico.