La obra Cinco Ficción física es un acontecimiento escénico generado desde la improvisación y autoría colectiva, con procedimientos de la danza contemporánea, cercano a lo que podría definirse como un teatro de estados físicos.
El elenco está conformado por Mauro Cappadoro, Ulises Fernández, Maxi Arana, Charly Fiocatti y Juan Orol bajo la dirección de Alejandra Anselmo y Marcelo Díaz. Se puede ver los domingos de mayo y junio, a las 20, en La sonrisa de Beckett, Entre Ríos 1035. Rosario3.com dialogó con Marcelo Díaz.
-¿Qué es Cinco Ficción física?
-Nosotros decimos que Cinco Ficción Física es un acontecimiento escénico. Es un espacio escénico donde confluyen y convergen 5 actores, bailarines, acróbatas que vienen de distintas formaciones que fusionan distintos lenguajes de la danza y del teatro. Trabajamos a partir de la novela de El Entenado de Juan José Saer. Si bien la obra no es relato de la novela tal cual, mientras creábamos la obra íbamos haciendo esta lectura. Nosotros trabajamos la idea a partir de que el espacio es un lugar de confrontación y encuentro, donde cada uno de los intérpretes pueda llevar al máximo su potencial como actores y bailarines.
-¿Cómo surgió la idea de este proyecto?
-La idea surgió como la continuidad del espectáculo anterior Diego y Ulises y a partir del trabajo que habíamos realizado allí con Diego Stocco y Ulises Fernández decidimos invitar a tres actores más, tres varones, porque la idea era seguir este aspecto de la danza contemporánea o del teatro danza contemporáneo con varones que no es una cosa muy habitual o frecuente, por lo menos en esta ciudad. Surgió, también, la idea de seguir trabajando con nuestro estilo algunas temáticas actuales. Trabajamos mucho con imágenes de cuerpos violentados, torturados,maltratados, de la violencia de género, por ejemplo, y estas temáticas nos capturan y tratamos de retrabajarlas poéticamente en la obra.
-¿Cómo está estructurada la obra?
-La obra no tiene una estructura lineal. No tiene una introducción, un nudo y un desenlace. Son distintos momentos, distintos estados físicos, que se van desplegando a la vista de un espectador testigo, muy intimo, muy cercano al espacio escénico circular con el que trabajamos y que tiene que ir completando el sentido de la historia. Una de las características de la estructura con la que trabajamos en que misma no es fija es distinta en cada función dejando un margen importante para la improvisación.