“Roberto Fontanarrosa es un sujeto de estatura mediana, con barba y temperatura inferior a la normal. Vive en Rosario, no es casado ni nada, tiene 28 años, ha vivido siempre del dibujo y a juzgar por los resultados obtenidos también morirá de eso". Así se presentaba El Negro en uno de sus primeros libros de humor gráfico.
Este lunes se cumplen 14 años del fallecimiento del humorista, dibujante y escritor rosarino; un agudo observador que retrató el modo de ser y la cultura popular argentina a través de personajes como Boogie, el aceitoso, Inodoro Pereyra o Mendieta.
"Nunca dejó de ser un sencillo muchacho de Rosario que no se tomaba en serio y que creaba sus historias a partir del ojo y el oído atento: de los diálogos que escuchaba de casualidad en la famosa Mesa de los Galanes que compartía con sus amigos en el bar El Cairo", dijo Daniel Divinsky –quien editó más de 70 de sus obras en la Ediciones De la Flor– a la agencia Télam.
"Trabajaba como un burócrata porque se imponía un horario para escribir y dibujar, y la creatividad era una yapa. Quino admiraba cómo dibujaba las manos, porque a él nunca le salieron bien", abundó el editor en la citada entrevista.
Fontanarrosa nació en Rosario el 26 de noviembre de 1944. Si bien su carrera se inició en revistas de la ciudad, trascendió a nivel nacional.
En la década del 70, comenzó a dibujar en las revistas Hortensia, Satiricón y en el diario Clarín.
Hincha de Rosario Central y fanático del fútbol, también escribió cuentos sobre el deporte como el cuento "19 de diciembre de 1971", en el que relata la victoria canalla sobre Newell's en la semifinal de un torneo Nacional.
“El mundo ha vivido equivocado", "No sé si he sido claro", "Nada del otro mundo", "El mayor de mis defectos" y "Uno nunca sabe" integran la lista de libros con lectura repetida (esos a los que se vuelve cada tanto)
Otro momento memorable en su vasta producción que cruzaba literatura, capacidad reflexiva y humor son las columnas de "La hermana Rosa", una mentalista excéntrica que aventuraba la suerte de la selección nacional en los mundiales. El primero fue el de 1994.
El 20 de noviembre de 2004 sumó el título de “expositor” en el III Congreso de la Lengua Española que se desarrolló en Rosario. Allí arrancó aplausos y risas con la charla titulada “Sobre las malas palabras”
Un año antes se le había diagnosticado esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
La afección lo haría dejar de dibujar en 2007, aunque siguió escribiendo los guiones. El historietista Crist se encargó de ilustrar sus chistes sueltos, mientras que Óscar Salas hacía lo mismo con sus historietas de Inodoro Pereyra.
Entre las distinciones que recibió –por citar un par–figuran el Premio Konex en 1992 y el Konex de Platino, en 1994. El 26 de abril de 2006, el senado le entregó la Mención de Honor Domingo Faustino Sarmiento,por su labor y aportes a la cultura argentina.
El Negro murió el 19 de julio de 2007, a los 62 años.