“Leanme con amor”, pide tímida Melina Torres. La autora de “Ninfas de Otro Mundo” (2016, edit. Iván Rosado) vuelve a ponerle vida a dos personajes potentes, la policía Silvana Aguirre y su ayudante Ulises Herrera, para contar en tono de ficción mucho de lo que la ciudad de Pobres Corazones vive y respira en los últimos tiempos. Serán disparos, robos, muertes, delitos complejos, con policías corruptos y políticos culposos mezclándose en calles donde restaurantes, canciones y amores matizan el color de una ciudad oscurecida por el narcodelito.
El reciente lanzamiento de “Pobres Corazones” de Melina Torres es una gran noticia para la literatura argentina pero también para ese volcán que se ha transformado Rosario. Los editores de Penguin Random House anticipan el suceso y afirman con orgullo “que la novela de 380 páginas se inscribe en la tradición argentina de calidad y que su autora se convierte en una de las nuevas y destacadas voces de nuestra literatura”.
Otra expresión cultural que se suma al disco Chico Dinamita Amor de Coki y sus Killer Burritos, las canciones traperas de los barrios bajos o a artistas plásticos como Federico Cantini que con barro cocido del Paraná hizo una series de bajo relieves com. obras crónicas sobre el delito porque en Rosario “es más fácil conseguir droga que un paquete de arroz a las 9 de la noche”. Mientras la ciudad estalla a los balazos hay un artista que expresa con su arte el sonido de la muerte.
Pobres Corazones es una novela fantástica. La escritora Claudia Piñeiro dice que su autora se hace cargo de aquellas violencias que en el siglo XXI ya no pueden taparse y que su personaje principal –la policía Silvana Aguirre- llegó a la novela negra argentina para quedarse. Para Leo Oyola leer la novela es ir de caravana por la Chicago Argentina, “la previa en El Diablito, ver a Coki, pasar por el cantobar Bogart y desayunar bien en Pasaporte después de una noche larga”. Para Sergio Olguin “los lectores no podrán dejar de leer las aventuras de Aguirre en una Rosario tan salvaje como ella”.
Aguirre en acción, mal hablada, malhumorada, intransigente, salvo que le prometieran un asado a la estaca
Un libro con una playlist en Spotyfi de 14 temas. Un impulso entusiasta de la editorial y sus lectores. Hablar de la autora y sus personajes es una convocatoria al festejo. Algo pasa en esas páginas. El carisma del texto trasciende su propia literatura. Diseña un camino esperado: ¿se puede poner algo de ternura (aunque sea literaria) mientras en esta puta ciudad todo se incendia y se va y matan a Pobres Corazones?
“Silvana Aguirre y Ulises Herrera vienen de otro libro”, dijo ayer su autora Melina Torres en Radio 2. “Son dos personajes que aparecieron en Ninfas de otro mundo y que crecieron tanto que necesitaron una novela de 380 páginas para seguir contando sus vivencias. La novela salió hace poquito y estoy muy feliz porque ya he recibido muchas devoluciones”, agregó.
-La ciudad estigma, la ciudad sinónimo del delito. ¿Te confronta, es un desafío?
-Es cierto eso del estigma. Si bien de alguna manera la novela es empujada por la trama policial descansa en otros puntos, otras zonas, la zona sur (mi barrio), los bares. Otra Rosario que aún no desapareció. Hacer los itinerarios gourmet con los personajes de la novela, van a bodegones, a pizzerías. Yo vivo en Rosario y leo todos los días las noticias y sé que la ciudad nos entra por esa tensión, pero la novela tiene otras cosas.
La ciudad se mueve con las historias del libro. Para su autora, Rosario es un personaje más. Y está muy feliz con ese resultado. Y claro, en estas calles de balaceras y truanes de todas las calañas, el fútbol no podía estar ausente. El personaje es hincha de River pero convive con las humoradas cómplices de una ciudad que mira sospechosa y celosamente los colores de las camisetas de todos sus habitantes.
Yo vivo en Rosario y leo todos los días las noticias y sé que la ciudad nos entra por esa tensión, pero la novela tiene otras cosas
“Tengo buenas, muy buenas devoluciones y eso me está aflojando. El lector completa la obra. Y eso me está pasando mucho”, agrega Melina.
El personaje diseñado alrededor de la policía Silvana Aguirre es intenso, frontal, incorruptible, líder y con debilidades que develaba en el texto anterior: las rubias tetonas. “¿Tiene que haber un par de gotas de sangre para los que trabajan conmigo muevan un poco el culo?”. Aguirre en acción, mal hablada, malhumorada, intransigente, salvo que le prometieran un asado a la estaca.
-¿Investigaste mucho, a la policía sus modos, sus formas?
-El trabajo fue parar la oreja. Tengo colegas, amigos, están más en el terreno y hablé mucho con ellos. Hay detalles que no sirven para una crónica, pero si para la literatura. Le pregunté mucho a Hernán Lascano y siempre me respondía. A cualquier hora. Conocí a forenses y ellos me ayudaron mucho. Todo lo otro es ficción. Silvana Aguirre no existe. Es pura ficción. Hice algún contacto pero no fue esencial. Surgió de la nada. Mucha lectura de policial negro. Eso hice. Silvana Aguirre y Ulises es la primera pareja gay de la literatura argentina.
-¿Estas historias tienen finales felices?
-Siempre hay un final feliz, depende de cómo se lo mire. A esos personajes yo les doy pequeños momentos de felicidad. Una buena comida es un momento de felicidad, un momento de lectura, el rio, ver el equipo de sus amores. Como en la vida misma la felicidad aparece por momentos. Solo por momentos.