Calu Rivero reveló que mantuvo una charla privada con Juan Darthés antes de denunciarlo. También contó qué le dijo la producción de la novela Dulce amor cuando renunció a la novela.
De acuerdo a lo que publicó Primiciasya, la modelo se refirió a las últimas horas previas a su renuncia a la novela que protagonizaba con Darthés. En un ciclo llamado What’s Underneath?, la actriz sostuvo: "Tuve una experiencia muy mala con el otro actor principal. Ese tipo estaba abusando de su poder modificando las escenas para tocarme, para besarme más de una manera horrible", aseguró la actriz.
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"Cuando esto empezó a ser una mierda para mí intenté hablar con él a través de la redes sociales porque no tenía su teléfono y nunca quise estar en contacto de otra manera que no sea actuando entonces", recordó.
Y sobre esa charla dijo: "Le envié un mensaje privado en Twitter diciéndole ‘esto es todo, no puedo, no quiero estos besos, necesito que entiendas y necesito que cambies' y su respuesta fue 'está bien, podemos hablar con el productor para cambiar la historia, quizás podemos sacarte del programa'".
"Fui a hablar con los productores y les dije que quería dejar el programa. Me dijeron 'está bien, te dejamos ir pero no podés decir nada sobre esto porque el espectáculo todavía está sucediendo'; y yo pensaba 'no quiero hablar más del programa solo quiero irme' y me fui a Nueva York", sumó al respecto.
"Luego lo que sucedió fue que la prensa dijo '¿por qué se fue de repente? 'y el productor dijo que me había ido del programa porque estaba cansada y comenzaron a mostrar una imagen horrible de mí y de quién era yo", agregó en la entrevista.
"Siete días de silencio y ayuno... Fui a limpiar 'mi casa', mi templo, mi cuerpo. Lo vacié́ para habitarlo con nuevas experiencias. Cuando terminó y volví al hostel de Atenas, me esperaba la llamada de mi hermana para contarme que Darthés era buscado por Interpolcon alerta roja", sumó en referencia a la denuncia que Thelma Fardin radicó en Nicaragua contra el actor.
"Lloré. Lloré porque el tiempo es sabio, y porque yo supe esperar la justicia divina. Lloré cerrando esa herida, viendo cómo mi piel la hacía cascarita. Al día siguiente viaje a Israel a hacer otro workshop en el desierto. Fueron cuatro días moviendo el cuerpo con libertad absoluta, sintiendo cómo el goce, la alegría y la espontaneidad volvían a mí", indicó en esa carta.
Y completó: "(Fueron) cuatro días sintiendo a mi cuerpo agradecerme y volver a sentir esa alucinante alegría de vivir. Volví sintiendo que sané, no más peso en los ojos, volví́ digna, Dignity, humana, tan libre como todos los días me permito serlo".
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