Ya comenzaron las grabaciones de La 1-5/18, Somos uno, la nueva producción de Pol-ka. La tira está protagonizada por Gonzalo Heredia, Agustina Cherri, Esteban Lamothe, con Lali González, Luciano Cáceres y Romina Gaetani y las participaciones especiales de Leonor Manso y Leticia Brédice.
La historia transcurre en la villa 1-5/18, recientemente bautizada como La Peñaloza, donde conviven vecinos de distintas edades y diversidad sexual que, a pesar de las dificultades, “siempre están dispuestos a colaborar y a luchar por el bienestar de toda la comunidad”.
En la trama, Lola (Agustina Cherri) y Rita (Lali González), manejan un comedor comunitario, y distribuyen donaciones y ayudan a quien lo necesita.
Lola es maestra y madre de Cristian (Eliam Pico), adolescente que sueña con ser futbolista. A Rita la considera como a una hermana y la acompaña en la búsqueda del hijo que dio en adopción cuando tenía 17 años y se recuperaba de sus adicciones.
La Peñaloza está atravesada por un conflicto entre dos bandas narco que se disputan el bar de Don Luis (Patricio Contreras), quien está muy enfermo, por tratarse de un lugar estratégico dentro de la villa.
En medio de esta situación, vuelve al barrio su hijo Bruno (Gonzalo Heredia) a quién pretende heredarle el negocio. Todos suponen que la enfermedad de Don Luis es el motivo de su regreso pero pronto descubren que en realidad lo hizo escapando de una banda de delincuentes y luego de haber acuchillado a uno de ellos en defensa propia.
Pero Bruno no es la única cara nueva en llegar al barrio. El padre Lorenzo (Esteban Lamothe) es un cura villero conocido por su trabajo social en cada lugar que fue designado.
Llega a la 1-5/18 por un pedido de su mentor, amenazado por uno de los líderes de la banda de narcos que fue preso gracias al él y que está por salir de la cárcel.
Conmovido por la solidaridad de los vecinos cuando sufren un ataque que pone en riesgo el comedor de la villa, y por la fuerte atracción que siente por Lola, el padre Lorenzo decide pedir el traslado permanente y ponerse a trabajar.
Luchará consigo mismo para no alejarse de su vocación religiosa y para no traicionar la confianza de Bruno, el otro vértice del triángulo y quien se convierte en su amigo. Pronto se darán cuenta de que ambos están enamorados de la misma mujer.
Drogas, narcotráfico, peleas entre bandas y diferencias de clases se entrecruzan con las historias de amor de los protagonistas quienes descubren que si quieren transformar la realidad de la villa, deberán permanecer unidos. Parte de las escenas se grabaron en la Villa 31 de Caba.